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Obamagate: cómo el ex-presidente Obama buscó activamente remover del cargo a Donald Trump

Una de las más fuertes revelaciones de los últimos tiempos ponen al ex-presidente Barack Obama como el principal artífice de una larga serie de ataques e intentos de desestabilizar el gobierno de Trump y de removerlo del cargo. Esto es #Obamagate.

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Mientras la política estadounidense continúa intentando comprender todos los detalles del caso del Teniente General Michael Flynn, el presidente Donald Trump no se detiene, y ha dejado claras indicaciones sobre sus pasos a seguir. 
Desde el pasado domingo 10 de mayo, Trump ha comenzado a publicar en sus redes sociales mensajes con un término que rápidamente se convirtió en tendencia a nivel global: Obamagate.
El término Obamagate hace referencia no a una investigación en particular, sino a una serie de investigaciones específicas que se unen en una figura: el ex-presidente Barack Hussein Obama. 
Cada uno de esos “hilos” corresponde a una maniobra distinta que la oposición demócrata ha llevado a cabo para intentar desestabilizar o hasta remover de su cargo al Trump, que comenzaron incluso antes de que fuera electo. Cada una de estas maniobras fueron presentadas de manera independiente por distintas personas, ya sea integrantes del arco político, activistas independientes, o medios de comunicación cercanos al Partido Demócrata. 
Hablar de Obamagate es analizar la conexión en común entre todas estas maniobras golpistas: la coordinación desde las sombras del ex-presidente Obama e integrantes de su gestión para desestabilizar a un gobierno legítimo y electo democráticamente.
La expresión “desde las sombras” es particularmente apta en este caso, ya que Obama se ha propuesto permanecer casi oculto y en silencio desde que abandonó la presidencia el 20 de enero de 2017. La familia Obama tomó la llamativa decisión de continuar viviendo en Washington D.C. en vez de volver a su estado natal de Illinois. En Estados Unidos existe una tradición que no es formal pero viene siendo respetada muy estrictamente por todos los ex-presidentes desde los comienzos del país; cuando dejas el cargo de presidente, dejas Washington. Es simbólico pero también fáctico, la política es más sana si no hay dos figuras de poder cerca de la Casa Blanca al mismo tiempo.
De la misma forma que los Obama nunca se alejaron físicamente del poder, mantuvieron en la práctica un enorme control del Partido Demócrata, aunque lo que eligieron mostrar ante las cámaras no fue su perfil político si no su perfil “hollywoodense”. Una de las más famosas movidas en el mundo del entretenimiento fue el acuerdo alcanzado entre Obama y su esposa, Michelle, con la plataforma Netflix, para producir contenido exclusivo. Esta inédita colaboración entre un reciente ex-presidente y una productora de entretenimiento ya sacó el documental “American Factory”, sobre una fábrica instalada en Ohio por una corporación china, al cual la Academia de Artes y Ciencias Cinematográficas no pudo evitar darle el Premio Óscar por “mejor documental” en la última ceremonia; y el documental “Becoming”, lanzado sorpresivamente a principios de mayo 2020, basado en la autobiografía de la ex-primera dama Michelle Obama. Estso proyectos sirven como una máscara para ocultar el verdadero lobby que Obama sigue realizando atrás de escena.

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Cuidando las apariencias: un ex-presidente que “abandonó” la política


Obama mantuvo durante los últimos años las apariencias de un perfil bajo en lo que respecta a la política nacional. Sus únicas declaraciones públicas significativas fueron su “gira europea” de 2017, cuando expresó su abierto apoyo a Emmanuel Macron en la elección presidencial francesa de 2017, luego realizó una declaración conjunta con la canciller alemana Angela Merkel, y también en esa gira se mostró con el Príncipe Harry. Meses después cuando Trump confirmó la salida de los EE.UU. del Acuerdo Climático de París, Obama hizo público su rechazo a la decisión. Posteriormente, hizo declaraciones en redes sociales sobre las políticas de Trump en cuanto a salud e inmigración. Realizó otras lucrativas visitas internacionales, entre ellas a China, India, y hasta la Argentina, la cual visitó en octubre de 2017 para hablar en la Green Economy Summit que se llevó a cabo en la provincia de Córdoba. Aprovechó su visita para reunirse con el entonces presidente argentino Mauricio Macri donde discutieron una agenda progresista.

El ex-presidente de EE.UU. Barack Obama junto al entonces presidente de Argentina, Mauricio Macri, jugando golf en octubre de 2017.

Los Obama luego no realizaron más movimientos públicos de relevancia hasta el 14 de abril de 2020, cuando el ex-presidente demócrata anunció en un video su apoyo a su ex-vicepresidente, Joe Biden, para las elecciones de este año. Y más tarde, en mayo del mismo año, Obama criticó públicamente la respuesta de Trump ante la pandemia de COVID-19, calificándola de “un absoluto y caótico desastre.”
Las apariciones públicas de Obama, como se ve, fueron pocas y muy calculadas. Sin embargo, las investigaciones detrás del Obamagate revelan que la mayor parte de su tiempo el ex-presidente estuvo maniobrando alejado de las cámaras, buscando desestabilizar el gobierno de Trump, su rival político, e intentar socavar su presidencia, incluso finalizarla antes de tiempo mediante un impeachment y juicio político.

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Primer ataque: espionaje ilegal

La corrupción de Obama comenzó incluso antes de que Trump ganara la presidencia: múltiples investigaciones promovidas por el actual presidente revelan que el gobierno de Obama diseñó y ejecutó un plan de espionaje y escuchas ilegales hacia Trump y su equipo de campaña durante la carrera presidencial de 2016
Dicho espionaje, en una operación denominada con el nombre en clave “Crossfire Hurricane” (“huracán de fuego cruzado”), fue realizado con la excusa de investigar la supuesta “interferencia” de Rusia en dichas elecciones, y contó con 4 órdenes judiciales otorgada por la Corte de Vigilancia de la Inteligencia Extranjera (FISA por sus siglas en inglés) para espiar, sin justificación real, al asesor de campaña de Trump, Carter Page.

Segundo ataque: influenciar el Colegio Electoral

El espionaje a la campaña de Trump fue solo el inicio. En noviembre de 2016, cuando Trump ganó las elecciones presidenciales, el Partido Demócrata comenzó a organizar una campaña anti-constitucional para lograr que los miembros del Colegio Electoral de los Estados Unidos votaran en contra de la voluntad de sus Estados. En EE.UU., luego del voto popular, 538 delegados se reúnen para acatar la decisión del voto popular de cada Estado y pronuncian su apoyo al presidente-electo.
La campaña, nombrada “Unite For America”, publicó en diciembre de 2016, tan solo unos días antes de la votación del Colegio Electoral, un video en YouTube con un “mensaje” para los electores republicanos, expresado por múltiples celebridades de Hollywood, pidiéndoles que no elijan Trump e impidan su asunción. El video fue tan mal recibido, que de inmediato decidieron cerrar sus comentarios y sacar la cantidad de votos “me gusta” y “no me gusta” que la gente había llevado a cabo.
La campaña inconstitucional fracasó: Trump fue electo por el Colegio Electoral y asumió la presidencia el 20 de enero de 2017.

Los orígenes de la campaña Unite For America nunca fueron rastreados, así como nunca fue de público conocimiento quién o quiénes estuvieron detrás de la idea, del financiamiento y de la ejecución; el presidente Trump tenía temas más importantes que atender, como una economía dañada, impuestos altos y una guerra contra el terrorismo islámico.
En el video, las celebridades aseguran que “no están pidiendo que se vote a Hillary Clinton”, la perdedora candidata del Partido Demócrata en ese entonces, sino que simplemente eviten votar por Trump, por lo que llamaban a “votar según su consciencia”. Esta campaña política pos-electoral nunca debió ser permitida, ya que buscaba interferir directamente con el Colegio Electoral en un contexto donde el proceso democrático ya había finalizado.
Este fue un último intento de lograr una presidencia de Hillary Clinton. Por lo que, y aunque no existen evidencias de ello aún, es posible considerar que detrás de Unite For America hubo coordinación y dinero demócrata. Y el presidente en ese entonces, quien debería haber frenado esta locura era todavía Barack Obama.

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Tercer ataque: destrucción total de la mano derecha de Trump

Una vez que Trump había ya asumido la presidencia, las maniobras comenzaron a aumentar su intensidad, y tal como describimos en nuestro reciente artículo, en los primeros días del nuevo gobierno, el FBI, que todavía respondía a Obama, decidió perseguir ilegalmente al flamante nuevo asesor de Seguridad Nacional, Michael Flynn. 
Aunque las revelaciones sobre el caso Flynn continúan, documentos recientemente filtrados confirman que el entonces presidente Obama, a través de su jefe de gabinete, Dennis McDonough, fue informado formalmente sobre el espionaje ilegal a Flynn el 5 de enero de 2017, y decidió no frenarlo. 
Otros funcionarios de Obama que recibieron esta información, y luego mintieron al respecto, incluyen al ex-vicepresidente y ahora candidato demócrata Joe Biden, quien obtuvo la información el 12 de enero de 2017, y los directores de la Agencia de Inteligencia Nacional, James Clapper, y de la CIA, John Brennan, quienes accedieron a la información confidencial en múltiples ocasiones entre el 2 de diciembre de 2016 y el 7 de enero de 2017. 
Sin lugar a duda esta parte del #Obamagate amerita un artículo propio y es algo que publicaremos en los próximos días, enfocándonos en estas filtraciones, las primeras evidencias concretas e indudables del Obamagate que vinculan todo directamente al ex-presidente.

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Cuarto ataque: Rusia, Rusia, Rusia

Otro escándalo masivo que cruzó a la presidencia de Trump fue la infame “colusión rusa” que afirmaba que existió cooperación entre Trump y el gobierno de Vladimir Putin durante la campaña presidencial de 2016. 
Según esta teoría totalmente inventada, Putin hackeó los servidores del Comité Nacional Demócrata y filtró su contenido a Wikileaks, con la intención de ayudar a Trump a ganar la elección de 2016. Quienes sostienen esta teoría, entonces, consideran sin ningún tipo de evidencia ni razonamiento lógico que Trump responde al gobierno ruso, y por ende es un agente extranjero gobernando los Estados Unidos. 
El Partido Demócrata y sus aliados en los medios de comunicación empujaron esta teoría conspirativa al punto de que fue considerada punto de partida para llevar a cabo un proceso de impeachment y juicio político al presidente Trump, para lo que se designó a un fiscal especial, el ex-director del FBI, Robert Muller, quien gastó cientos de millones de dólares en na investigación que se extendió por casi 3 años.
Finalmente, la investigación de Mueller dio resultados negativos, y no se pudo encontrar ni un parámetro ni una irregularidad que pueda ser utilizada en contra de Trump. El “Mueller Report” concluyó que no existen evidencias suficientes para afirmar que existe o existió una conexión entre el equipo de Trump y Rusia. Las investigaciones independientes sobre el Obamagate, revelan que el ex-presidente Obama tuvo cierto nivel de responsabilidad en la coordinación de esta noticia falsa que fue potenciada por los medios y por los diputados y senadores demócratas, junto a otras figuras como Joe Biden y Hillary Clinton.

El ex-espia británico Christopher Stelee, contratado por la campaña de Hillary Clinton para escribir un “dossier” (reportaje) falso que involucraba a Donald Trump con el regimen ruso de Vladimir Putin. 

Una pieza clave del “Russiagate” en sus inicios fue un dossier (reportaje periodístico) elaborado por el ex-espía británico Christopher Steele. Este dossier, cuya autoría era inicialmente desconocida, afirmaba que Trump era un agente ruso encubierto, y que el gobierno de Vladimir Putin contaba con “información secreta” sobre Trump que les permitía chantajearlo para ser su títere político. 
Esta información totalmente inventada incluía una visita de Trump a un hotel ruso en 2013, durante el cual, según el dossier, Trump habría llevado a cabo una orgía con prostitutas rusas (que habría incluido un acto fetichista de caracter parafílico) que había sido filmado por los servicios de inteligencia rusos, video con el cual lo estaban chantajeando. 
Finalmente, se reveló que el dossier era completamente falso, y que su autor había sido Steele, quién se encuentra actualmente en juicio y ha revelado que fue contratado por la campaña de Hillary Clinton para escribir el dossier, con el visto bueno (o quizá coordinación directa) del Comité Nacional Demócrata y el gobierno de Obama.
De probarse esta acusación de Steele y de ser encontrado culpable, tanto Hillary Clinton como Obama podrían ir presos.

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El ataque final: Impeachment

El último ataque que habría coordinado Obama contra Trump fue un escándalo que incluyó muchísima información falsa en base a una llamada que realizó Trump con el recientemente electo presidente de Ucrania, Volodimir Zelenski, el 25 de julio de 2019. 
En dicha llamada, Trump felicitó a Zelenski por su victoria electoral y le declara su intención de ser aliados. Durante la llamada, Trump también le menciona a su par ucraniano su intención de cooperar en la investigación que el nuevo gobierno de Ucrania estaba llevando a cabo sobre los vínculos entre el hijo de Joe Biden, Hunter Biden, y la empresa energética ucraniana Burisma Holdings. El ex-Fiscal General ucraniano, Viktor Shokin, había investigado este vínculo en 2016, pero el entonces vicepresidente Biden presionó al gobierno ucraniano para que removiera a Shokin
Esto no es una teoría conspirativa o una acusación: el mismo Joe Biden admitió haber presionado la salida de Shokin en enero de 2018, con total impunidad. En una conferencia internacional contó ante la mirada atónita de cientos de espectadores que amenazó al gobierno ucraniano de ese entonces con no enviar un préstamo que los EE.UU. habían prometido hasta que Shokin fuera removido. Al final del relato, se ríe mientras cuenta que efectivamente Ucrania removió de su cargo a Shokin.

Tanto Trump como Zelenski tenían y continúan teniendo total potestad para investigar asuntos de corrupción internacional que competen a sus respectivos países, como por ejemplo el affaire Biden-Burisma. 

Sin embargo, el Partido Demócrata vio en esta investigación una supuesta “presión” de parte de Trump hacia su par ucraniano para forzarlo a investigar a Biden, entonces considerado un posible rival en la elección de 2020. Con esta excusa, iniciaron el proceso de impeachment en el Congreso y juicio político, que resultó en un impeachment aprobado por la Cámara de Representantes el 18 de diciembre de 2019, y un fallido juicio político en el que Trump fue exonerado por el Senado el 5 de febrero de 2020.

La pieza final del #Obamagate pone al ex-presidente Obama como principal articulador de este impeachment fallido, coordinando con los medios y con los diputados demócratas un juicio político que estaba destinado a fallar, pero que dañaría fuertemente la imagen de Donald Trump.

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Los ataques mencionados no fueron todos los que ocurrieron, sino los más relevantes. Otros intentos notorios de desestabilizar la presidencia de Trump incluyeron las “revelaciones” de la prostituta Stormy Daniels, quien aseguraba haberse acostado con Trump y haber sido pagada para mantener silencio, y los ataques de su desquiciado abogado ultra-demócrata Michael Avenatti. Los demócratas y sus medios adictos idolatraron a Avenatti por su “valentía” al enfrentarse a Trump, y hasta llegaron a mencionarlo como un posible candidato presidencial para 2020. Avenatti terminó condenado por extorsión y preso en febrero de 2020.

Y no debe olvidarse la campaña de desprestigio hacia el entonces candidato a juez de la Corte Suprema de los Estados Unidos, Brett Kavanaugh, quien fue falsamente acusado de abusar sexualmente de la profesora Christine Blasey Ford, quien afirmaba que Kavanaugh había intentado violarla en la década del ’80 (nunca especificó un año exacto) cuando ambos eran adolescentes, en una fiesta en Maryland. 
Tras una investigación del FBI, la acusación de Blasey Ford fue desestimada por falta de evidencias, y Kavanaugh fue electo juez de la Corte Suprema en octubre de 2018 por 50 votos contra 48. Un año más tarde, Blasey Ford admitió que lo que ella contó en la acusación que le hizo a Kavanaugh no era del todo cierto, y que sufrió presiones del arco político demócrata para decir algunas cosas.

Las pruebas de la intervención de Obama y sus funcionarios de alto nivel, incluyendo a James Comey, Hillary Clinton y Joe Biden, aparecen cada día más claras, y sin dudas continuarán surgiendo en los próximos días y semanas. 
Después de todo, no por nada Trump se está asegurando de que no olvidemos el tema y continuemos investigando:

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Estados Unidos

El co-creador de la vacuna ARNm, el Dr. Malone, fue censurado de las redes sociales por hablar contra Pfizer

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Twitter y YuoTube suspendió el miércoles las respectivas cuentas del Dr. Robert Malone. El virólogo e inmunólogo de EE.UU. que inventó la tecnología de ARN mensajero que hoy se usa en la vacuna contra el COVID-19 de Pfizer.

El pasado jueves 30, el Dr. Robert Malone, co-creador de la tecnología de vacunas de mRNA (ARN mensajero) en la década de los ’80, dio una entrevista de más de tres horas en el podcast de Joe Rogan como invitado.

En el programa contó su historia de vida. En 1987, como investigador del Instituto Salkfue el primer científico en transfeccionar ácido ribonucleico (ARN) tanto en ratas como en humanos. En otras palabras, fue el primero en lograr introducir material genético externo en células humanas, dando inicio a la tecnología de ARN mensajero.

Con todo este historial, Malone se convirtió en una eminencia del mundo de la virología en la década del 90, trabajando con múltiples farmaceúticas y con agencias del Estado. Sin embargo, fue relegado al ostracismo en el último año cuando salió a criticar las vacunas de ARN mensajero de Pfizer, a pesar de que es la persona que más sabe de esta tecnología del mundo.

Tan solo un día antes de aparecer en el programa, Twitter bloqueó su cuenta por haber expresar estas críticas. Al día siguiente de aparecer en el programa de Joe Rogan, el video fue removido de YouTube. Por suerte, otros usuarios descargaron y re-subieron el video. También contó que su usuario de LinkedIn fue suspendido hace algunos meses.

En la entrevista, el Dr. Malone explicó que nunca se le hubiera ocurrido que por hablar de sus conocimientos científicos en una red social iba a ser censurado. Entre otras cosas, dijo que la vacuna de Pfizer debería haber pasado por muchas más etapas de testeo antes de ser liberada al público, especialmente porque usa la tecnología de ARN mensajero, que nunca había sido usada en vacunas para la población masiva.

Las vacunas de ARNm de Pfizer y Moderna engañan al cuerpo haciéndolo creer que está contagiado del virus, y lo obliga a producir proteínas que fomentan la creación de anticuerpos contra el SARS-CoV-2. Pero según el Dr. Malone, estas proteínas pueden ser dañinas, especialmente en los más jóvenes o los deportistas de alto rendimiento, y pueden provocar daños permanentes en los órganos críticos del cuerpo.

También contó que desde su censura, estuvo investigando el trasfondo de la cuestión. Entre otras cosas, encontró que uno de los directores del medio Reuters, que prácticamente todas las redes sociales usan como “fact-checker”, es también uno de los directores de Pfizer.

“Lo que más me importa a mí es que la gente tenga acceso a toda la información y pueda tomar su propia decisión. Pero con esta vacuna, dicen que si la gente tiene acceso a toda la información, se desincentiva a dársela, entonces hay censura“, aseguró.

“Ahora dicen que soy un mentiroso, y que yo no inventé esta tecnología, a pesar de que soy el que tengo la patente. Nadie puede debatir esto. Yo jugué un importante papel en la creación de esta tecnología y prácticamente todas las demás voces que tienen ese trasfondo, tienen conflictos de intereses, conflictos de intereses financieros. Creo que soy el único que no lo hace, no estoy obteniendo dinero de esto“, agregó.

Malone contó que en febrero del 2020, fue una de las primeras personas en contagiarse del coronavirus, ya que había estado en una conferencia global de virología, y había varias personas que venían de Wuhan. Tuvo un caso muy severo en aquél entonces, y solo mejoró cuando tomó pepcidina (famotidina).

Desde entonces, con una de las empresas farmaceúticas que trabaja, está desarrollando un medicamento en base a la famotidina para tratar los casos de COVID-19, que esta semana fue aprobada por la FDA.

Contó que también trató de desarrollar un medicamento en base a ivermectina e hidroxicloraquina, dos drogas que han ayudado mucho a pacientes de COVID-19 en todo el mundo, pero después de 2 años tratando, la FDA no se los aprobó. Según él, por motivos políticos.

Después de este caso, se vacunó contra el coronavirus con la vacuna de Moderna, por protocolo de la empresa que trabajaba para poder viajar a Francia en medio de las cuarentenas de 2020. Según cuenta, tras la segunda dosis de la vacuna, desarrolló un caso grave de hipertensión. “Estos son todos casos adversos del ARN mensajero, especialmente para las personas que ya tuvieron la enfermedad y poco después se vacunan con esta tecnologia“, aseguró.

Pocos meses después, cuenta que se volvió a contagiar, esta vez con un caso más leve. “No me sorprende haberme contagiado tantas veces, viajé por todo el mundo en medio de una pandemia”, bromeó.

Más de medio millón de seguidores que tenía se fueron en un abrir y cerrar de ojos. Esto significa que perdimos un componente crítico en nuestra lucha para detener que las vacunas sean obligatorias para los niños y para detener la corrupción en nuestros gobiernos, así como en el complejo médico-industrial y las industrias farmacéuticas“, concluyó el Dr. Malone.

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Un estudio de la AP revela que los vacunados están más preocupados por el COVID que los no vacunados

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Las personas que más miedo le tienen al coronavirus son los que ya están inmunizados, algunos incluso con tres dosis, mientras los no vacunados dicen tener cero preocupación.

La paranoia y el pánico que se ha instalado en las masas entorno al SARS-CoV-2 es algo que no se había visto nunca en la historia moderna, por lo menos desde las Guerras Mundiales. El virus, que tiene una tasa global de mortalidad menor al 2%, y menor al 0,2% para personas de menos de 50 años, se ha convertido en el principal temor de las poblaciones de prácticamente todos los países del mundo.

Una encuesta del Centro NORC para el Estudio de Asuntos Públicos, difundida por The Associated Press (AP), reveló que este miedo es significativamente más alto en las personas que están vacunadas con el esquema completo que los que no.

“La gente que está volviendo a sus vidas normales está viviendo en una burbuja, son unos egoístas que se niegan a creer en los datos científicos”, aseguró Bronwyn Russell, una mujer de 58 años que vive en Illinois entrevistada por la AP como parte de la publicación de este estudio.

“Estoy preocupada, no me quiero enfermar”, dice Russell, quien dejó su trabajo por la pandemia y sobrevive en base a subsidios de desempleo de la ciudad de Des Plaines.

Mientras los no vacunados están volviendo a trabajar, viajar, a reunirse en grupos, y a regresar a gimnasios y templos, los vacunados se quedan en sus casas, asustados por un virus del que ya están inmunizados.

El miedo es entendible para los mayores de edad o personas con severos factores de riesgo. Según un estudio de la Escuela de Medicina de Cleveland, los mayores de 75 tienen un 8,5% de probabilidad estimada de morir por COVID-19, y este valor sube hasta el 28,3% en mayores de 85.

Sin embargo, como se ve en el cuadro siguiente, para los menores de 35 hay un mayor riesgo de muerte en un accidente de auto, o cualquier otra fatalidad accidental, que de morir por coronavirus. Esto demuestra el enorme relato que se ha creado alrededor de la mortalidad del COVID-19, y cómo los gobiernos han hecho todo para construir un miedo irracional en las poblaciones.

La encuesta revela que entre los mayores de 50 años de edad, el 36% está muy preocupado de que ellos o algún familiar contraerán el virus, casi el doble de lo que era en junio. Los más propensos a estar inquietos son los vacunados. Entre el sector de la población que dice no estar nada preocupado, sólo el 25% está vacunado y el 61% no está vacunado.

La dicotomía es a la vez sorprendente y lógica: Si bien los no vacunados están más susceptibles a contraer el virus, el hecho de que se han negado a vacunarse revela que consideran exagerada la amenaza.

La preocupación generalizada está teniendo consecuencias sanitarias: los preocupados dicen tener una peor calidad de vida, peor salud mental y física y menos actividades y relaciones sociales.

Midgette, de 73 años, otro de los entrevistados por AP que participó de la encuesta, asegura que hoy está jubilado pero que no se ha vacunado, y asegura que el gobierno está exagerando la amenaza a la salud pública.

Dice que “la vida ha vuelto a la normalidad” y que lo único que no ha podido hacer es irse en paseo de crucero con su esposa porque los cruceros exigen constancia de vacunación. “Yo crecí en otra época, me ensuciaba en el suelo, tomaba agua de la manguera, jugaba en la calle. No me voy a enjaular en mi casa ahora”, dijo entre risas.

Unas dos terceras partes de la población mayor de 50 años dice que no se siente aislada casi nunca, pero entre los que admiten estar preocupados por COVID, aproximadamente la mitad dice que al menos a veces se siente aislada.

La encuesta AP-NORC abarcó 1.015 personas mayores de 50 años adultos y se realizó entre el 20 y el 23 de agosto usando una muestra Foresight 50+ Panel, desarrollada por NORC en la Universidad de Chicago. Tiene un margen de error de más o menos 4,1 puntos porcentuales.

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Dictadura: El Teniente Coronel que denunció un fracaso en el liderazgo militar fue arrestado por el gobierno

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Stuart Scheller, militar de alto rango de la Infantería, criticó duramente en un video al Pentágono y a la Casa Blanca, y luego de ser expulsado del Ejército fue puesto bajo arresto. Su padre denuncia que está incomunicado.

El Teniente Coronel del Cuerpo de Marines de Estados Unidos Stuart Scheller se filmó el pasado 26 de agosto criticando duramente a la dirigencia militar y política de su país, luego de la fallida retirada del Ejército norteamericano de Afganistán, que incluyó la muerte de 11 soldados, uno de ellos un amigo suyo, y dejar a cientos de estadounidenses todavía varados en Kabul.

El video se viralizó rápidamente, y sus dichos fueron apoyados por muchos cabos y subcabos que salieron en redes a replicar el sentimiento. En el video, Scheller le exigió respuestas a sus líderes por el fracaso militar en Medio Oriente y criticó duramente al secretario de Defensa Lloyd Austin, quien algunos días antes de la caída de Kabul dijo ante el Congreso que el Ejército afgano podía sostener por varios meses el asedio talibán, algo que se demostró que fue una mentira.

Luego del video, el Pentágono primero sometió a Scheller a una evaluación psicológica, asegurando que el Teniente Coronel tenía problemas mentales, pero antes de que se realice el testeo, fue expulsado de las Fuerzas Armadas.

Sin embargo, esta semana, su padre contó que su hijo fue arrestado y puesto a disposición de la justicia militar, luego de que siguiera subiendo videos a su cuenta de Facebook hablando del conflicto en Afganistán. A pesar de que había sido expulsado del Ejército, todavía era un infante de marina activo hasta que complete su renuncia, y el gobierno entendió que el soldado no podía hablar públicamente del tema por precaución.

En un comunicado, el portavoz de la Infantería de Marina, el capitán Sam Stephenson, dijo que Scheller se encuentra actualmente en confinamiento previo al juicio en la Brigada Regional para Instalaciones de la Infantería de Marina Este a bordo de Marine Corps Base Camp Lejeune en espera de una audiencia preliminar del Artículo 32″.

“Todo lo que nuestro hijo hizo fue hacer las preguntas que todos se estaban haciendo, pero estaban demasiado asustados para hablar en voz alta”, dijo Stu Scheller Sr. en una entrevista este lunes al medio Task & Purpose.

“Estaba pidiendo responsabilidad. Simplemente pidió una disculpa al liderazgo por los errores cometidos, pero no pudieron hacer eso, lo cual es alucinante”, dijo el padre del soldado arrestado, y agregó que su hijo debe comparecer ante una audiencia militar el jueves, y que por ahora permanece incomunicado.

“Le dieron una orden de silencio y le pidieron que no hablara. Lo hizo y lo encarcelaron. No saben qué hacer con él”, aseguró. “Estaba pidiendo la misma responsabilidad que se espera de él y sus hombres”, concluyó.

Scheller se encuentra recluido en confinamiento previo al juicio en la Brigada Regional para Instalaciones del Cuerpo de Marines Este a bordo del Campamento Base del Cuerpo de Marines Lejeune.

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