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Insólito: Gobernadores demócratas ordenan aislar infectados de coronavirus en asilos de ancianos

De la mano de Andrew Cuomo, varios gobernadores demócratas dieron la orden de alojar a ciudadanos infectados con COVID-19 en asilos de ancianos para sacarle presión a los hospitales, exponiendo gravemente a los adultos mayores a la enfermedad.

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En el mes de marzo de 2020, las administraciones de cuatro Estados dirigidos por representantes del Partido Demócrata ordenaron a los asilos de ancianos dar lugar a pacientes con diagnósticos positivos del nuevo coronavirus que estaban en rehabilitación, prohibiéndoles terminantemente que se les niegue la entrada tanto así como la permanencia en dichos establecimientos.
El caso más impactante se dio en el estado de Nueva York, donde el gobernador demócrata Andrew Cuomo, estrella del Partido que hasta pensó en algún momento ser candidato a presidente por su “buen” desempeño en el manejo de la pandemia, ordenó a los geriátricos a aceptar pacientes de coronavirus. 
Conociendo el altísimo nivel de contagio del virus y el enorme daño que le causa a los ancianos, esta decisión fue casi una sentencia de muerte para cientos de adultos mayores que terminaron contagiándose gravemente del virus sin nunca haber ni siquiera salido del asilo.
Nueva York ha sido el estado más afectado por el COVID-19, que ha causando allí la mayor cantidad de muertes en todo el país y una de las más altas del mundo. Al principio de la pandemia, las reglas y los procedimientos en NY eran estrictos acerca de cuándo y cómo los pacientes de coronavirus podían ser dados de alta. Estos procedimientos requerían que los pacientes hayan obtenido resultados negativos en los tests respectivos al COVID-19, esperando un período de al menos 7 días en el hospital desde que el test inicial haya dado positivo para poder ser dados de alta, e incluso los pacientes debían cumplir el requisito de no poseer síntomas (especialmente fiebre) durante siete días sin la ayuda de antifebriles u otra clase de medicamentos.
Sin embargo, ese panorama cambió cuando el sistema sanitario de Nueva York comenzó a tener problemas de capacidad a medida que los casos aumentaron, dejando a los pacientes recuperados o con un grado leve de la enfermedad que no requería hospitalización, sin un lugar a donde ir. 
Por lo que a partir de esta nueva problemática surgió la idea, no sabemos si de parte de Cuomo o si fue aconsejado por sus epidemiólogos o inclusive si vino de parte de la cúpula del Partido Demócrata, de trasladar a todos los pacientes que ya estaban en la etapa final de la enfermedad a centros de rehabilitación, y una vez que estos se llenaron, a asilos de adultos mayores.

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El pasado 25 de marzo, el gobierno de Nueva York publicó una directiva acerca de cómo sería el protocolo de admisión a los pacientes infectados con coronavirus a los distintos centros de rehabilitación y geriátricos. El documento aclaraba que durante la pandemia todos los asilos de ancianos y hogares de cuidados debían cumplir con la orden de recibir el gran flujo de de personas que estaban siendo desafectadas de los hospitales en el Estado.

La orden de admitir a los pacientes en los hogares de cuidados y los asilos de adultos mayores, mencionó que ninguna de estas instituciones podía negarse a recibir pacientes que provengan de los hospitales.

Cuomo defendió la medida frente a una ola de críticas. El gobernador expresó que las instituciones que no cumplieran con la orden de recibir a los pacientes infectados con el virus serían investigadas por oficiales de la salud del Estado y la Procuradoría General de Nueva York, y hasta podrían ser penadas a pagar grandes sumas de dinero en concepto de multas o incluso podrían ser revocadas de su licencia para operar bajo esas modalidades.

Sin embargo, luego de una avasallante serie de denuncias, el pasado domingo 10 de mayo, el gobernador Cuomo admitió que se había equivocado sobre este tema, y culpó al jefe de salud del estado, Howard Zucker por la ordenanza. 
Ese día, el gobernador también anunció una nueva regulación que dicta que ahora, los pacientes deben obtener un resultado negativo antes de poder ser admitidos en dichas instituciones. De todos modos, el gobernador admitió que los pacientes con casos de COVID-19 positivos todavía podrían ser enviados a los establecimientos anteriormente mencionados por otros medios, como por ejemplo sin pasar por un hospital, no anulando la ordenanza emitida por Zucker. Incluso podrían no requerir de un testeo para el virus.

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Una situación similar se vive en Pennsylvania, donde las regulaciones fueron un poco más estrictas pero aún así existe una ordenanza por parte de la administración del demócrata Tom Wolf, de admitir pacientes con diagnósticos positivos de coronavirus en los hogares de cuidados especiales. 

El 18 de marzo, la secretaria de Salud de Pennsylvania, la doctora Rachel Levine, dio una serie de pautas acerca de cómo deberían ser tratados los casos de coronavirus que llegan a los hogares de cuidados especiales.

Las normas de testeo incluyen el escaneo de fiebre y síntomas respiratorios para todos los ingresantes, escaneo del personal de los hogares de cuidados al inicio de cada turno, y hasta formularios para volcar la información de los respectivos testeos. Lo sorprendente se da en las instrucciones de admisión a los centros de cuidados especiales y asilos, que indican que estas instituciones deben seguir admitiendo pacientes que provengan de hospitales y hayan sido diagnosticados positivo de COVID-19. Esta medida aparentemente está orientada a quitar presión del sistema sanitario.

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En Nueva Jersey, el Departamento de Salud del Estado aseguró que las instituciones de cuidados a largo plazo no podían rehusarse a admitir o readmitir pacientes basándose en que los mismos hayan sido diagnosticados con el virus, o bien exista una sospecha acerca de la presencia de la enfermedad en los pacientes. 
La orden de aceptar a los pacientes infectados, así como en los otros Estados, tiene el fundamento de que se debe “aliviar el sistema sanitario” estatal, sin importar que los pacientes ingresados a los establecimientos de cuidados podrían infectar a otras personas más vulnerables
La comisionada del Departamento de Salud de Nueva Jersey, Judith Persichilli, afirmó que para prevenir el contagio en estos establecimientos, se podían ubicar pacientes asintomáticos en otras alas o pisos de los mismos. A diferencia de Nueva York o Pennsylvannia, Persichilli aclaró que el Estado solo permitía la readmisión de pacientes sospechosos de coronavirus en el caso de que estos se pusieran en aislamiento de inmediato. Esta orden requería que se separen a los residentes en grupos y que se le designe personal a cada grupo, para así prevenir que los empleados transmitan la enfermedad de un grupo a otro.
Otro caso es el de Michigan, en el que la gobernadora Gretchen Whitmer, también demócrata, requirió mediante una orden ejecutiva que los adultos mayores que hayan dado positivo por coronavirus sean alojados en los asilos y los centros de cuidados especiales a lo largo de todo el Estado. 
Así como Cuomo en Nueva York y Wolf en Pennsylvania, Whitmer lanzó una guía con pasos a seguir para el alta de los pacientes desde los hospitales y del alojamiento de los mismos en las instituciones de cuidado. 
En el documento se especifica la información que los centros de salud deben proveer, así como también todo el papeleo competente al paciente, para evitar duplicaciones en los testeos. También, la administración de Whitmer fue la única que en su descripción de pasos a seguir, menciona las regulaciones especificadas por el Medicare para el alta de los pacientes o para su respectivo traslado. En estas especificaciones, se requiere que los hospitales evalúen las necesidades de los pacientes para los servicios post-hospitalarios y también para evaluar la disponibilidad de los centros de cuidados disponibles. 

La representante republicana por Michigan, Leslie Love, lanzó una fuerte crítica contra la medida de Whitmer, afirmando que el hecho de devolver a los adultos mayores que poseen la enfermedad a un ambiente en el cual hay otros adultos mayores es peligroso. Love también expresó su preocupación por la falta de empleados y lo poco preparados que están algunos asilos de ancianos y hogares de cuidados frente a la emergencia que atraviesa el país. 

”Me rompería el corazón porque estuve en el frente, tratando de que nuestros ancianos, mi madre, tu madre, las madres de todos, no se contagien y mueran por esto, particularmente en los asilos,” añadió Leslie Love acerca de la medida de Gretchen Whitmer.

  

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Estados Unidos

El co-creador de la vacuna ARNm, el Dr. Malone, fue censurado de las redes sociales por hablar contra Pfizer

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Twitter y YuoTube suspendió el miércoles las respectivas cuentas del Dr. Robert Malone. El virólogo e inmunólogo de EE.UU. que inventó la tecnología de ARN mensajero que hoy se usa en la vacuna contra el COVID-19 de Pfizer.

El pasado jueves 30, el Dr. Robert Malone, co-creador de la tecnología de vacunas de mRNA (ARN mensajero) en la década de los ’80, dio una entrevista de más de tres horas en el podcast de Joe Rogan como invitado.

En el programa contó su historia de vida. En 1987, como investigador del Instituto Salkfue el primer científico en transfeccionar ácido ribonucleico (ARN) tanto en ratas como en humanos. En otras palabras, fue el primero en lograr introducir material genético externo en células humanas, dando inicio a la tecnología de ARN mensajero.

Con todo este historial, Malone se convirtió en una eminencia del mundo de la virología en la década del 90, trabajando con múltiples farmaceúticas y con agencias del Estado. Sin embargo, fue relegado al ostracismo en el último año cuando salió a criticar las vacunas de ARN mensajero de Pfizer, a pesar de que es la persona que más sabe de esta tecnología del mundo.

Tan solo un día antes de aparecer en el programa, Twitter bloqueó su cuenta por haber expresar estas críticas. Al día siguiente de aparecer en el programa de Joe Rogan, el video fue removido de YouTube. Por suerte, otros usuarios descargaron y re-subieron el video. También contó que su usuario de LinkedIn fue suspendido hace algunos meses.

En la entrevista, el Dr. Malone explicó que nunca se le hubiera ocurrido que por hablar de sus conocimientos científicos en una red social iba a ser censurado. Entre otras cosas, dijo que la vacuna de Pfizer debería haber pasado por muchas más etapas de testeo antes de ser liberada al público, especialmente porque usa la tecnología de ARN mensajero, que nunca había sido usada en vacunas para la población masiva.

Las vacunas de ARNm de Pfizer y Moderna engañan al cuerpo haciéndolo creer que está contagiado del virus, y lo obliga a producir proteínas que fomentan la creación de anticuerpos contra el SARS-CoV-2. Pero según el Dr. Malone, estas proteínas pueden ser dañinas, especialmente en los más jóvenes o los deportistas de alto rendimiento, y pueden provocar daños permanentes en los órganos críticos del cuerpo.

También contó que desde su censura, estuvo investigando el trasfondo de la cuestión. Entre otras cosas, encontró que uno de los directores del medio Reuters, que prácticamente todas las redes sociales usan como “fact-checker”, es también uno de los directores de Pfizer.

“Lo que más me importa a mí es que la gente tenga acceso a toda la información y pueda tomar su propia decisión. Pero con esta vacuna, dicen que si la gente tiene acceso a toda la información, se desincentiva a dársela, entonces hay censura“, aseguró.

“Ahora dicen que soy un mentiroso, y que yo no inventé esta tecnología, a pesar de que soy el que tengo la patente. Nadie puede debatir esto. Yo jugué un importante papel en la creación de esta tecnología y prácticamente todas las demás voces que tienen ese trasfondo, tienen conflictos de intereses, conflictos de intereses financieros. Creo que soy el único que no lo hace, no estoy obteniendo dinero de esto“, agregó.

Malone contó que en febrero del 2020, fue una de las primeras personas en contagiarse del coronavirus, ya que había estado en una conferencia global de virología, y había varias personas que venían de Wuhan. Tuvo un caso muy severo en aquél entonces, y solo mejoró cuando tomó pepcidina (famotidina).

Desde entonces, con una de las empresas farmaceúticas que trabaja, está desarrollando un medicamento en base a la famotidina para tratar los casos de COVID-19, que esta semana fue aprobada por la FDA.

Contó que también trató de desarrollar un medicamento en base a ivermectina e hidroxicloraquina, dos drogas que han ayudado mucho a pacientes de COVID-19 en todo el mundo, pero después de 2 años tratando, la FDA no se los aprobó. Según él, por motivos políticos.

Después de este caso, se vacunó contra el coronavirus con la vacuna de Moderna, por protocolo de la empresa que trabajaba para poder viajar a Francia en medio de las cuarentenas de 2020. Según cuenta, tras la segunda dosis de la vacuna, desarrolló un caso grave de hipertensión. “Estos son todos casos adversos del ARN mensajero, especialmente para las personas que ya tuvieron la enfermedad y poco después se vacunan con esta tecnologia“, aseguró.

Pocos meses después, cuenta que se volvió a contagiar, esta vez con un caso más leve. “No me sorprende haberme contagiado tantas veces, viajé por todo el mundo en medio de una pandemia”, bromeó.

Más de medio millón de seguidores que tenía se fueron en un abrir y cerrar de ojos. Esto significa que perdimos un componente crítico en nuestra lucha para detener que las vacunas sean obligatorias para los niños y para detener la corrupción en nuestros gobiernos, así como en el complejo médico-industrial y las industrias farmacéuticas“, concluyó el Dr. Malone.

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Un estudio de la AP revela que los vacunados están más preocupados por el COVID que los no vacunados

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Las personas que más miedo le tienen al coronavirus son los que ya están inmunizados, algunos incluso con tres dosis, mientras los no vacunados dicen tener cero preocupación.

La paranoia y el pánico que se ha instalado en las masas entorno al SARS-CoV-2 es algo que no se había visto nunca en la historia moderna, por lo menos desde las Guerras Mundiales. El virus, que tiene una tasa global de mortalidad menor al 2%, y menor al 0,2% para personas de menos de 50 años, se ha convertido en el principal temor de las poblaciones de prácticamente todos los países del mundo.

Una encuesta del Centro NORC para el Estudio de Asuntos Públicos, difundida por The Associated Press (AP), reveló que este miedo es significativamente más alto en las personas que están vacunadas con el esquema completo que los que no.

“La gente que está volviendo a sus vidas normales está viviendo en una burbuja, son unos egoístas que se niegan a creer en los datos científicos”, aseguró Bronwyn Russell, una mujer de 58 años que vive en Illinois entrevistada por la AP como parte de la publicación de este estudio.

“Estoy preocupada, no me quiero enfermar”, dice Russell, quien dejó su trabajo por la pandemia y sobrevive en base a subsidios de desempleo de la ciudad de Des Plaines.

Mientras los no vacunados están volviendo a trabajar, viajar, a reunirse en grupos, y a regresar a gimnasios y templos, los vacunados se quedan en sus casas, asustados por un virus del que ya están inmunizados.

El miedo es entendible para los mayores de edad o personas con severos factores de riesgo. Según un estudio de la Escuela de Medicina de Cleveland, los mayores de 75 tienen un 8,5% de probabilidad estimada de morir por COVID-19, y este valor sube hasta el 28,3% en mayores de 85.

Sin embargo, como se ve en el cuadro siguiente, para los menores de 35 hay un mayor riesgo de muerte en un accidente de auto, o cualquier otra fatalidad accidental, que de morir por coronavirus. Esto demuestra el enorme relato que se ha creado alrededor de la mortalidad del COVID-19, y cómo los gobiernos han hecho todo para construir un miedo irracional en las poblaciones.

La encuesta revela que entre los mayores de 50 años de edad, el 36% está muy preocupado de que ellos o algún familiar contraerán el virus, casi el doble de lo que era en junio. Los más propensos a estar inquietos son los vacunados. Entre el sector de la población que dice no estar nada preocupado, sólo el 25% está vacunado y el 61% no está vacunado.

La dicotomía es a la vez sorprendente y lógica: Si bien los no vacunados están más susceptibles a contraer el virus, el hecho de que se han negado a vacunarse revela que consideran exagerada la amenaza.

La preocupación generalizada está teniendo consecuencias sanitarias: los preocupados dicen tener una peor calidad de vida, peor salud mental y física y menos actividades y relaciones sociales.

Midgette, de 73 años, otro de los entrevistados por AP que participó de la encuesta, asegura que hoy está jubilado pero que no se ha vacunado, y asegura que el gobierno está exagerando la amenaza a la salud pública.

Dice que “la vida ha vuelto a la normalidad” y que lo único que no ha podido hacer es irse en paseo de crucero con su esposa porque los cruceros exigen constancia de vacunación. “Yo crecí en otra época, me ensuciaba en el suelo, tomaba agua de la manguera, jugaba en la calle. No me voy a enjaular en mi casa ahora”, dijo entre risas.

Unas dos terceras partes de la población mayor de 50 años dice que no se siente aislada casi nunca, pero entre los que admiten estar preocupados por COVID, aproximadamente la mitad dice que al menos a veces se siente aislada.

La encuesta AP-NORC abarcó 1.015 personas mayores de 50 años adultos y se realizó entre el 20 y el 23 de agosto usando una muestra Foresight 50+ Panel, desarrollada por NORC en la Universidad de Chicago. Tiene un margen de error de más o menos 4,1 puntos porcentuales.

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Dictadura: El Teniente Coronel que denunció un fracaso en el liderazgo militar fue arrestado por el gobierno

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Stuart Scheller, militar de alto rango de la Infantería, criticó duramente en un video al Pentágono y a la Casa Blanca, y luego de ser expulsado del Ejército fue puesto bajo arresto. Su padre denuncia que está incomunicado.

El Teniente Coronel del Cuerpo de Marines de Estados Unidos Stuart Scheller se filmó el pasado 26 de agosto criticando duramente a la dirigencia militar y política de su país, luego de la fallida retirada del Ejército norteamericano de Afganistán, que incluyó la muerte de 11 soldados, uno de ellos un amigo suyo, y dejar a cientos de estadounidenses todavía varados en Kabul.

El video se viralizó rápidamente, y sus dichos fueron apoyados por muchos cabos y subcabos que salieron en redes a replicar el sentimiento. En el video, Scheller le exigió respuestas a sus líderes por el fracaso militar en Medio Oriente y criticó duramente al secretario de Defensa Lloyd Austin, quien algunos días antes de la caída de Kabul dijo ante el Congreso que el Ejército afgano podía sostener por varios meses el asedio talibán, algo que se demostró que fue una mentira.

Luego del video, el Pentágono primero sometió a Scheller a una evaluación psicológica, asegurando que el Teniente Coronel tenía problemas mentales, pero antes de que se realice el testeo, fue expulsado de las Fuerzas Armadas.

Sin embargo, esta semana, su padre contó que su hijo fue arrestado y puesto a disposición de la justicia militar, luego de que siguiera subiendo videos a su cuenta de Facebook hablando del conflicto en Afganistán. A pesar de que había sido expulsado del Ejército, todavía era un infante de marina activo hasta que complete su renuncia, y el gobierno entendió que el soldado no podía hablar públicamente del tema por precaución.

En un comunicado, el portavoz de la Infantería de Marina, el capitán Sam Stephenson, dijo que Scheller se encuentra actualmente en confinamiento previo al juicio en la Brigada Regional para Instalaciones de la Infantería de Marina Este a bordo de Marine Corps Base Camp Lejeune en espera de una audiencia preliminar del Artículo 32″.

“Todo lo que nuestro hijo hizo fue hacer las preguntas que todos se estaban haciendo, pero estaban demasiado asustados para hablar en voz alta”, dijo Stu Scheller Sr. en una entrevista este lunes al medio Task & Purpose.

“Estaba pidiendo responsabilidad. Simplemente pidió una disculpa al liderazgo por los errores cometidos, pero no pudieron hacer eso, lo cual es alucinante”, dijo el padre del soldado arrestado, y agregó que su hijo debe comparecer ante una audiencia militar el jueves, y que por ahora permanece incomunicado.

“Le dieron una orden de silencio y le pidieron que no hablara. Lo hizo y lo encarcelaron. No saben qué hacer con él”, aseguró. “Estaba pidiendo la misma responsabilidad que se espera de él y sus hombres”, concluyó.

Scheller se encuentra recluido en confinamiento previo al juicio en la Brigada Regional para Instalaciones del Cuerpo de Marines Este a bordo del Campamento Base del Cuerpo de Marines Lejeune.

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