Nawaz Sharif, abogado, empresario y reconocido político de la historia pakistaní, tres veces elegido como Primer Ministro (entre 1990-1993, 1997-1999 y 2013-2017) y líder de la Liga Musulmana de Pakistán (LMP-N) de orientación conservadora, ha causado la sorpresa de varios de sus fervientes militantes con su vuelta a la vida política activa en el país.
Esto lo ha ratificado Nawaz con sus últimas publicaciones en su recientemente creada cuenta de Twitter, lanzado el pasado fin de semana, la cual solo en el transcurso de dos horas ya poseía aproximadamente 54 mil seguidores. Al finalizar el primer día, ya contaba con poco más de 133 mil seguidores.
Nawaz renunció como Primer Ministro en 2017 después de que el Tribunal Supremo de Lahore le otorgase permiso para tratarse en el extranjero, ya que fue diagnosticado con Púrpura Trombocitopénica Idiopática (PTI), una enfermedad crónica para su edad (70 años) que afecta al sistema inmunológico. El tratamiento se lo realizó en Londres, Inglaterra.
Sin embargo, muchos destacan que en realidad su renuncia vino luego de ser sentenciado, junto a su hija Maryam y su yerno Muhammad Safdar, por fraude y desvío de fondos en cuentas offshore vinculadas en 2016 a los “Panama Papers”, donde se registraron cientos de miles de cuentas fantasmas en relación a personajes reconocidos mundialmente, muchas de las cuales terminaron relacionadas a casos de corrupción.
Infografía donde se observa los Jefes de Estado involucrados en los “Panama Papers”, allí figuran los hijos de ex Primer Ministro pakistaní. Posteriormente, se sumaron cargos a su yerno y a él mismo.
La vuelta al ruedo del reconocido político ocurrió luego de la invitación del presidente del centro-izquierdista Partido Popular Pakistaní (PPP), Bilawal Bhutto Zardadi, que el pasado viernes habló con Sharif por teléfono para que asista virtualmente a la “Conferencia de Todos los Partidos” que tuvo lugar el día domingo con sede central en Islamabad.
En dicha conferencia de partidos opositores se desarrollaron estrategias políticas para contrarrestar al gobierno liderado por el partido del actual Primer Ministro, Imran Khan, líder del centrista Movimiento por la Justicia de Pakistán (PTI), que según aseguraron los líderes opositores en la conferencia, sus medidas no abordan las problemáticas que azotan la nación, como el aumento de la pobreza y la enorme inflación que se registró en los últimos años.
La reunión del pasado domingo dejó en claro la posición de los partidos opositores al gobierno pakistaní, que decidieron optar por un “movimiento callejero” a base de futuras manifestaciones.
Todos los partidos convocados coincidieron en que es hora de presionar al Gobierno para forzar la salida de Khan, y agregaron que los enfoques podrán ser diferentes en un futuro, pero que en este objetivo coinciden plenamente. Muchos hablan de que Sharif podría ser quien lidere esta nueva alianza opositora.
Por su parte, en la primera publicación del reconocido magnate y político pakistaní, dijo que se “respete el voto”, en referencia a las acusaciones de fraude en favor de Khan en las últimas elecciones.
“Acabo de hablar con Nawaz Sharif. Pregunté por su estado de salud. También lo invité a asistir a la Convención Multipartidaria de este domingo“, comunicó el presidente del PPP, Bilawal Bhutto Zardadi, en sus redes sociales.
Debido a su sentencia de 10 años en la cárcel, la cual evadió con fianza, todavía se siguen presentando cargos contra la figura de Sharif, por lo que teme que se le imparta una orden de prisión preventiva por parte del Tribunal Supremo de Islamabad.
Actualmente, Sharif, muy popular en Pakistán a pesar de sus enormes casos de corrupción, reside en Londres. Temiendo un posible arresto, el ex-Primer Ministro no tiene intenciones de pisar territorio pakistaní, por lo menos hasta las próximas elecciones.
Su alta popularidad se mantiene después de todos estos años en parte gracias a su último periodo en como máximo mandatario, donde tuvo una gestión económica muy exitosa con un crecimiento del Producto Bruto Interno sin precedentes (mantuvo un promedio del 4% por año), y logró una deflación del -5% en su último año de gobierno, algo impensado en un país que siempre tuvo problemas con la alta inflación.
Antes de la primera presidencia de Nawaz, el PBI per cápita de Pakistán en dólares estaba estancado cerca de los 400. Tras sus presidencias, llegó al 1400, más del triple que en 1990. Fuente: Actualitix.
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