Este lunes 31 de agosto el embajador del Líbano en Alemania, Mustapha Adib, fue elegido como nuevo primer ministro por el Parlamento del Líbano, donde obtuvo el respaldo de 90 de los 128 escaños.
El anterior primer ministro Hassan Diab anunció su renuncia el pasado 10 de agosto por la presión popular manifestada en protestas masivas.
“En nombre de la oficina presidencial del Líbano, después de las consultas con los parlamentarios y como resultado de estas consultas, el embajador Mustapha Adib está autorizado a formar un nuevo gobierno” anunció el presidente Michel Aoun.
A pesar de que las protestas exigían un Gobierno que no esté controlado por el grupo terrorista devenido en partido político Hezbollah, Adib recibió amplio apoyo por parte de Lealtad por la Resistencia, el partido político de Hezbollah
Pero Adib no tuvo solamente el apoyo de los chiítas, si no que también de los suníes de Corriente del Futuro y demás partidos afines al sistema actual tecnocrático, que respaldaron también el anterior gobierno del “independiente” Diab. En segunda posición quedó el juez de la Corte Internacional de Justicia, Nawaf Salam, con 16 votos.
El presidente del Parlamento del Líbano desde 2009, Nabih Berri, gran aliado de Hezbollah en el país, le reclamó al partido Amal que “estén preparados para cualquier agresión sionista contra el Líbano, junto con los hermanos de Hezbollah“.
Amal es el único partido chiíta en el Líbano que engloba a los movimientos anti-Hezbollah. Berri, demostrando su total complicidad con el grupo terrorista, le lanzó una advertencia a la dirigencia opositora, que ni se les ocurra trabajar en contra de Hezbollah.
Tras una reunión con el presidente Michel Aoun y con Nabih Berri en el Palacio Presidencial de Baabda, el nuevo primer ministro Mustapha Adib aseguró que “no hay tiempo para palabras y promesas, sino que ahora es el momento de la acción“.
Adib se comprometió a formar un equipo ministerial “en tiempo récord, con la presencia de expertos y competentes para poner en marcha las reformas necesarias”, siguiendo la misma línea que su predecesor, que armó un gabinete de tecnócratas que nada pudieron hacer para frenar la hiperinflación que atraviesa el país ni para calmar las protestas sociales.
Además, Adib confirmó que su gobierno, a pesar de tener vínculos con el terrorismo islamista, buscará llegar a un acuerdo con el FMI. Lo cual muchos miran con preocupación, ya que cualquier envío considerable de dinero al Líbano por parte del FMI corre el riesgo de ser utilizado en el financiamiento de los actos terroristas de Hezbollah.
“La tarea que he aceptado reposa en el hecho de que todas las fuerzas políticas son conscientes de la necesidad de formar un gobierno en un tiempo récord y comenzar a poner en marcha las reformas, tomando como punto de partida un acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI)”, dijo Adib en un discurso transmitido por televisión.

A la derecha Mustapha Adib, conversando con el presidente Michel Aoun, centro, y el presidente del parlamento libanés, izquierda, Nabih Berri, en el palacio presidencial en Baabda, Líbano, el 31 de agosto de 2020. Fuente: Mohamed Azakir/Reuters.
Mustapha Adib es el tercer jefe de Gobierno en 10 meses, sucediendo a Hassan Diab, quien dimitió tras perder todo el poder político y ser responsabilizado la explosión en el puerto de Beirut. Diab había llegado al poder como un independiente que cerraría la grieta en el país, pero terminó totalmente sometido a los intereses de Hezbollah.
Antes de Diab, en octubre de 2019, el primer ministro Saad Hariri, que gobernaba desde 2016, había anunciado su renuncia por la creciente ola de manifestaciones populares conocidas como la Revolución de Octubre, impulsada por Hezbollah y otros grupos pro-Irán, que veían a Hariri como el principal obstáculo para su objetivo de control total del país.
Hezbollah aprovechó los desmanes económicos del gobierno de Hariri, que era anti-Irán y pro-Occidente, como por ejemplo un ridículo impuestazo al tabaco, combustible y servicios de mensajería como mails y WhatsApp, para impulsar una serie de protestas que permitieron poner un Primer Ministro más alineado a sus intereses. Hoy ese plan está dando sus frutos, y cada nuevo Jefe de Gobierno está más dispuesto a aceptar la sumisión ante Hezbollah que el anterior.
Todos estos anuncios se producen horas antes de que el presidente francés Emmanuel Macron aterrice por segunda vez en menos de un mes en Líbano. Macron está buscando presionar para que se forme un gabinete pro-Occidente y que se implementen las reformas necesarias para conseguir ayuda económica, lo cual implicaría expulsar a Hezbollah de la coalición gobernante.
Por Nicolás Promanzio para La Derecha Diario.
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