Este sábado 4 de abril estalló la noticia del arresto de 21 altos funcionarios y varios allegados a la Corona en Jordania, entre los que cuales están el ex príncipe heredero Hamza Bin Hussein.
Estos arrestos fueron llevados a cabo en simultáneo y sorprendieron a muchos jordanos que empezaron a hablar en redes sociales sobre “algo extraño” que estaba pasando en el país. Después de algunas horas, trascendió que los implicados están acusados de haber estado planeando un complot golpista contra el Rey Abdullah II.
La inteligencia jordana reveló en los medios una profunda investigación a este grupo y concluyó que la conspiración estaba “muy bien organizada y con vínculos con el extranjero”.
Hamza es el hermanastro de Abdullah II, y fue disgnado como príncipe heredero en 1999 tras la muerte del Rey Hussein, padre de ambos.
Sin embargo, en 2004, el Rey chocó en varias ocasiones con Hamza por temas personales y lo terminó destituyendo del cargo, poniendo como heredero a su propio hijo, el príncipe Hussein bin Abdullah.
El ahora arrestado, declaró en un vídeo para el medio británico BBC que está bajo prisión domiciliaria y negó rotundamente cualquier acusación de complot golpista, además de tachar a la clase política jordana de corrupta e incompetente, incluido su hermano.
Sin embargo, la prensa estatal jordana negó que se encuentre detenido.
Según el medio emiratí Al-Arabiya, el gobierno jordano le exigió detener las actividades golpistas, pero no lo recluyó en su hogar bajo arresto domiciliario. “Puede ir a donde quiera, no se encuentra bajo arresto” aseguraron desde las Fuerzas Armadas.
Arabia Saudita y Egipto, dos importantes aliados de Jordania, difundieron comunicaciones oficiales dando su apoyo al Rey jordano, y celebrando que se haya desbaratado este intento de golpe de Estado para “mantener la seguridad y la estabilidad de Jordania“.
El rey Abdullah II es el mandatario de Jordania desde el fallecimiento de su padre en 1999. Con 59 años de vida y 22 como rey, el Jefe de Estado jordano es musulmán suní de la casa Hashemita y hasta hace pocos meses, su popularidad en la nación era incuestionable por su moderación religiosa y por como mantenía la estabilidad en el país mientras promovía el diálogo inter-religioso.
En la actualidad, Jordania atraviesa una fuerte crisis económica y social, con una grave recesión agravada por la pandemia y sus cuarentenas. Esta situación ha llevado a crecientes críticas al Rey, un contexto que sirve a la posibilidad de un golpe de Estado.
En comparación a 1999, la economía jordana bajo su mandato pasó de un modelo arcaico a un sistema dinámico y moderno, con enormes crecimientos en productividad, salarios y hasta en libertad económica.
A su vez, en materia política introdujo reformas en la constitución para promover mayor libertad de expresión e introdujo la representación proporcional en las elecciones parlamentarias, a la vez que mayor libertad de voto.
Sin embargo, algunos sectores dentro de la misma realeza ven esta crisis como un punto de inflexión y creen que es su deber ponerle fin a su gobierno para implementar medidas económicas más “inclusivas”, más alineadas con China.
Abdullah II con el ex-presidente estadounidense Donald J. Trump.
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