El Rey Salmán bin Abdulaziz de Arabia Saudita, gracias a la influencia del nuevo príncipe heredero, Mohammed bin Salman, emitió un decreto histórico que le pone un fin a la pena de muerte para menores de edad, siendo reemplazada por prisión, multas o servicio comunitario.
Durante el año 2019
se llegó a la cifra más alta de ejecuciones con pena de muerte en 6 años, alcanzando las 184 ejecuciones. El 23
de abril de dicho año, 37 personas fueron ejecutadas en un sólo día, entre los
cuales se encontraban 3 presos que eran menores de edad.
Los 37 presos habían sido sometidos a juicio y declarados culpables de terrorismo. 34 de ellos eran chiítas, cuya confesión en el juicio se logró en base a
prácticas de tortura.
Según Reprieve (ONG
fundada en 1999), de las 184 personas ejecutadas en 2019, más de la mitad eran extranjeros.
Tráfico de drogas y asesinatos son los principales delitos que se les adjudicaron a los condenados.
Según la misma organización,
en lo que va del año actual, han sido ejecutadas 4 personas en el reino árabe. Reprieve ha criticado duramente que Riad (capital de Arabia Saudita) sea la anfitriona de la próxima reunión
del G20.

Mohammed bin Salmán, Príncipe heredero de Arabia Saudita, junto al ex-presidente argentino, Mauricio Macri, en la reunión celebrada del G20 en Argentina
Ali, Abdalá y
Dawud, fueron tres adolescentes condenados a la crucifixión en Arabia Saudí (lo
que en el reino significa decapitación y exhibición pública de sus cuerpos) el
año pasado.
El Rey Salman ha cumplido con el reclamo que muchos llevan alzando hace tiempo, en especial Estados Unidos, que desde el triunfo de Donald Trump ha estado tratando de impulsar una occidentalización a través del comercio.
India, Arabia Saudita y otros países asiáticos han recibido enormes beneficios comerciales de parte de EE.UU. luego de introducir reformas en favor de leyes que respeten los derechos humanos como los conoce Occidente.

Salman bin Abdulaziz, Rey de Arabia Saudita
Todo parece indicar que el
principal impulsor de esta medida, no es otro que el Príncipe heredero Mohammed bin Salmán, desentendiéndose de esta forma de las concepciones
ultraconservadoras de la ley islámica conocida como la Sharia, estrechamente
seguida por un gran número de personas dentro del país.
Así acaba por demostrarse un verdadero
compromiso con la comunidad internacional y el comercio con Occidente. El príncipe habría impulsado esta medida con
el objetivo de su plan de modernización del país, que incluye: intensificar las inversiones de
capitales extranjeros y mejorar la imagen de Arabia Saudita ante el mundo.

El Presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, junto a Mohammed bin Salman
La reforma se suma a una serie de reformas graduales que viene llevando el reino. Una de las últimas fue el permiso a las mujeres de viajar al exterior sin el permiso de un “guardián” masculino, que usualmente era el esposo.
Otras reformas fueron la posibilidad de las mujeres de manejar sus vehículos, registrar
el nacimientos de sus hijos y registrar sus matrimonios y divorcios. Paso a paso, la reforma llega a Arabia Saudita, que ya es uno de los países con gobierno islámico que aplica la Ley Sharia con menor rigor de la región.
Awwad Alawwad, el actual presidente de la Comisión de Derechos Humanos del gobierno saudí, confirmó en un comunicado que la reforma del gobierno se trataría de un gran paso hacia la modernización del país.
“Se establece un código penal más
moderno y se demuestra el compromiso del reino de seguir adelante con las reformas
clave”.
Alawwad también advirtió que no será la única reforma, y que las decisiones plasman cómo Arabia Saudita está avanzando en la realización de reformas críticas de
derechos humanos, incluso en medio de las dificultades impuestas por la
pandemia del virus chino.
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