Joseph Borrell, alto representante de la Unión Europea para Asuntos Exteriores y Política de Seguridad, y miembro del Partido Socialista Obrero Español (PSOE), envió una misión diplomática a Venezuela en los últimos días del mes de septiembre, para negociar con la dictadura chavista y aplazar las elecciones parlamentarias en Venezuela, que se llevarán a cabo este 6 de diciembre las cuales no cumplen con las condiciones democráticas explicadas por la Asamblea Nacional.
La visita generó polémica entre los miembros del bloque internacional del Partido Popular Europeo, quienes afirmaron que Borrell busca dar un respiro a la dictadura de Maduro que, en un intento por afianzar al máximo su poder sobre las instituciones del país, intentará legitimarse con un proceso electoral en donde solo participarán candidatos vinculados al chavismo.
Borrell se defendió de las acusaciones el pasado 6 de octubre, y aseguró “que no tiene negociación alguna con el dictador Maduro“. Además, enfatizó que “esta misión no era clandestina. Solamente se enviaron dos delegados para informar qué es lo que puede y lo que no puede hacer la UE para mejorar las condiciones electorales de los comicios parlamentarios de diciembre.”
Además, reveló que toda su operación fue solicitada por el denominado “G4”, el grupo de los partidos progresistas de la oposición venezolana: Acción Democrática, Un Nuevo Tiempo, Voluntad Popular (todos miembros de la Internacional Socialista) y Primero Justicia, que comparte la misma ideología y posee un estrecho vínculo con el PSOE.
“Créanme que no me he lanzado al ruedo como un espontáneo. Empecé a hacerlo porque así me lo pidió el G4, dirigido por el presidente Guaidó, para que trasladase al régimen las condiciones mínimas que la oposición consideraba necesarias para participar en un proceso creíble”, afirmó Borrell.
El 17 de septiembre, Joseph Borrell había informado en su cuenta de Twitter que apoyaba de manera firme al Grupo Internacional de Contacto, para seguir trabajando por una salida política negociada a la crisis de Venezuela.
Además, afirmó que solo los cambios en las condiciones y el calendario de las fraudulentas elecciones parlamentarias de Venezuela podrían permitir el despliegue de una misión de observación electoral de la Unión Europea.
Cabe destacar que el Grupo Internacional de Contacto fue creado en 2019 para abordar la crisis venezolana, siendo encabezado por el entonces presidente de Uruguay, Tabaré Vázquez, del izquierdista Frente Amplio.
La eficacia de este grupo fue cuestionada por la Eurocámara el año pasado, y afirmaron que ésta era una maniobra para retrasar la resolución de la crisis con el fin de permanecer en el poder.
El eurodiputado español Hermann Tertsch, miembro de VOX, denunció este intento del Gobierno socialista español para oxigenar a Maduro a través de su “lacayo” Joseph Borrell. Tertsch además apuntó contra el Grupo de Contacto y el Foro de Sao Paulo, y acusó a ambos de mantener relaciones con políticos del PSOE y Podemos.
200 personalidades de Iberoamérica firmaron una carta para la Unión Europea en rechazo a las gestiones de Josep Borrell en Venezuela y lo acusaron de pretender avalar una farsa electoral.
El diputado a la Asamblea Nacional (AN), Henry Ramos Allup, del partido Acción Democrática, uno de los partidos más funcionales al chavismo, confirmó este 8 de octubre a medios locales que él y su espacio sostuvieron un encuentro de manera virtual con Borrell, para discutir sobre el tema electoral y las condiciones necesarias para participar en los próximos comicios.
A su vez, señaló que Borrell le transmitió a los miembros del chavismo sus peticiones para poder participar en elecciones.
Pese a que el PSOE afirmaba en el mes de enero “apoyar sin fisuras” al Presidente Encargado de Venezuela, Juan Guaidó, queda claro que los miembros de dicho partido son uno de los más importantes aliados del chavismo en Europa.
Prueba de ello es la visita a España de la vicedictadora chavista, Delcy Rodríguez, siendo recibida por el Ministro de Transportes, José Luis Ábalos, número dos del PSOE, a pesar de que tiene prohibida la entrada en la Unión Europea, generando pánico entre los miembros del partido socialista.
Misma situación ocurrió con José Luis Rodríguez Zapatero, ex presidente español que fue partícipe de los diálogos de la oposición y la dictadura en República Dominicana durante el año 2018, que junto a las elecciones regionales terminaron calmando la grave situación que vivía Venezuela con las protestas del año 2017 y ayudando a Maduro a mantenerse en el poder.
La estrecha relación entre los partidos de la mayoría de los partidos del denominado “G4” con el PSOE, van más allá de diplomacia y relación ideológica. Todos ellos tratan de beneficiar al chavismo para obtener beneficios sin importar la pobreza, el miedo y la incertidumbre que ha provocado el régimen sobre los venezolanos.
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