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Honduras

La gestión de Juan Orlando Hernández agudiza la crisis en Honduras

El gobierno del presidente Juan Orlando Hernández ha sido duramente criticado por los casos de corrupción y un mal manejo durante la crisis. El sistema de salud pública del país ha colapsado, y los expertos pronostican una recesión económica sin precedentes en el país.

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La gestión del gobierno hondureño durante esta pandemia ha sido calificada por diversos sectores políticos del país como “pésima”. Mientras que en muchos países del mundo la crisis del coronavirus está empezando a pasar a un segundo plano, en el país centroamericano sigue siendo el tema central entre la población, siendo utilizado por diversos medios locales para generar confusión y miedo.

El presidente Juan Orlando Hernández, del Partido Nacional, no ha tenido un plan eficaz para combatir la pandemia. Desde que se anunció el primer caso de coronavirus en el país, en el mes de marzo, la Nación ha atravesado muchos obstáculos, como la falta de información precisa, la falta de insumos médicos y una cantidad adecuada de personal en el área de salud.

Durante el inicio de la pandemia, Honduras fue uno de los pocos países que mantuvo sus fronteras abiertas , a diferencia de otros países, que optaron por cerrar sus fronteras para evitar una mayor propagación del virus. Durante ese tiempo, los funcionarios del gobierno mostraban poco interés en la crisis. 

Pese a que el gobierno hondureño ha contado con un presupuesto aproximado de 3,7 millones de dólares para atender la emergencia, se han detectado diversas irregularidades, entre ellas, la compra de casi 2 millones de mascarillas N-95 a un precio aproximado de 5 millones de dólares a empresas cuyo giro principal no era la venta de insumos médicos, generando un perjuicio al Estado de más de 2 millones de dólares. Las empresas están relacionadas con miembros de la cúpula del Partido Nacional de Honduras.

Otro de los casos más controversiales fue la compra de 7 hospitales móviles por parte del organismo gubernamental “Inversiones Estratégicas de Honduras” (INVEST-H) a la empresa turca SDI GLOBAL LLC, valorada en 47,1 millones de dólares, con la ayuda de un intermediario, la empresa ELMED Medical Systems, con sede en Miami, Estados Unidos.

La compañía ELMED MEDICAL SYSTEMS creó una propuesta falsa avalada por la Embajada de Honduras en Alemania y fue entregada a INVEST-H, además de crear el sitio web hospitalesmoviles.com. La dirección y número telefónico de la empresa resultarían ser ficticios. El hecho está siendo investigado por las autoridades de Estados Unidos.

Mediante un comunicado, la empresa SDI GLOBAL negaría los hechos:

“Nosotros, la empresa SDI GLOBAL informamos a las partes y autoridades involucradas en los hospitales móviles para Honduras que no tenemos ninguna relación o conexión con ELMED MEDICAL SYSTEMS”.

Comunicado oficial SDI GLOBAL. Diario La Prensa.

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En los hospitales se vive un ambiente de tensión. La falta de personal ha provocado un colapso en los centros de salud. Miles de hondureños aguardan en las afueras de los hospitales del país y se han instalado centros de triaje para atender a los pacientes decoronavirus, sin embargo, las condiciones no son las adecuadas.

A través de las redes sociales, los hondureños han denunciado las condiciones inhumanas dentro de los hospitales, así como la falta de eficiencia en la realización de pruebas, la falta de tanques de oxígeno, camas y espacio suficiente en los hospitales públicos del país.

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Por otra parte, los ingresos del gobierno han caído en un 21,9%, hasta el mes de mayo. Se espera una caída de hasta el 50% de la recaudación de impuestos para este año incumpliendo la meta establecida de 4,4 millones de dólares.
Según estimaciones del Banco Central, el Producto Interno Bruto (PIB) caerá entre 2,9% y 3,9% a consecuencia del COVID-19, provocando la peor recesión en la historia de Honduras. 

Después de 132 días en cuarentena, los hondureños temen por su bienestar. El 66% de hondureños han sido suspendidos o despedidos durante esta pandemia, mientras que el 73.1% de empresas no han registrado ventas en los últimos 4 meses. Se espera la pérdida de 500 mil empleos, además del cierre del 40% de pequeñas empresas a causa de la pandemia. El sector empresarial ha criticado la falta de estrategia del gobierno para un retorno adecuado a la normalidad en el país.

En las últimas horas, se ha registrado 33.835 casos, de los cuales, 29.134 son casos activos, 900 han fallecido, y 3.801 se han recuperado del mortal virus, siendo el tercer país centroamericano con mayor número de contagios.

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Honduras

Ortega ha conseguido un gran aliado para los negocios del régimen sandinista en Honduras: Juan Orlando Hernández

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Bajo la complicidad del cuestionado Juan Orlando Hernández y otros funcionarios de Honduras, el régimen comunista nicaragüense desarrolló una importante red de corrupción que operan en los dos países centroamericanos, logrando evadir las sanciones aplicadas por Estados Unidos 

Desde la Cuba de Miguel Díaz-Canel y la Venezuela de Nicolás Maduro, hasta la Bolivia de Luis Arce y Evo Morales, son los “incondicionales” del cada vez más aislado régimen comunista de Daniel Ortega en Nicaragua, que en los últimos meses ha intensificado sus acciones para mantenerse en el poder, persiguiendo y arrestando arbitrariamente a importantes figuras de oposición.

Y aunque para nadie es desconocida la influencia de estos países para el sostenimiento económico de Nicaragua, y de las redes criminales del régimen sandinista, existe otro importante pero discreto aliado que le ha abierto las puertas a testaferros de Ortega para ayudar a aliviar las numerosas sanciones aplicadas a los negocios de la dictadura: Honduras

A pesar del derrocamiento y exilio del entonces Presidente de Honduras, Manuel Zelaya Rosales, uno de los aliados de Ortega en Centroamérica, en junio del 2009, los vínculos entre ambos países se fortalecieron desde entonces.

Ni el posterior triunfo del Partido Nacional de Honduras (PNH, de orientación centroderecha a derecha) en noviembre de ese mismo año, detuvo las intenciones de los socios del ALBA para establecer negocios en Honduras. Todo esto, a pesar de que el PNH se ha mostrado ante el electorado como “la única alternativa para evitar la instalación del modelo chavista y sus negocios en el país”

En 2013, bajo la administración del centroderechista (aunque ex militante del comunismo) Porfirio Lobo Sosa, y el respaldo del entonces Presidente del Congreso Nacional, hoy cuestionado Presidente del país, Juan Orlando Hernández, se constituyó en el país la empresa “Alba Alimentos de Honduras S.A. de C.V.” (Alba- Honduras), con un capital de 25.000 lempiras (unos US$ 1.050 al cambio actual).

El 60% de las acciones de dicha empresa quedó en manos del nicaragüense José Francisco López, en representación de “ALBA Alimentos de Nicaragua S.A.”, mientras que el 40% restante es controlada por el hondureño Gerardo Arcángel Meraz Puerto, representante de la empresa “Comercializadora Centroamericana” (Comercah), según documentos en poder del medio centroamericano Expediente Público

El nicaragüense López, señalado como testaferro de Daniel Ortega, fue sancionado por Estados Unidos bajo la Ley Magnitsky en julio de 2018, y se vio obligado a renunciar a sus altos cargos administrativos en Petróleos de Nicaragua (Petronic) y la Empresa Nicaragüense de Minas (Eniminas), aunque se mantiene al frente de la tesorería del Frente Sandinista de Liberación Nacional.

Por su parte, el hondureño Meraz Puerto mantiene un perfil mucho más discreto que su socio. Aún así, ha sido señalado por ser uno de los protegidos de Juan Orlando Hernández, siendo nombrado por él para un cargo gubernamental en la zona norte de Honduras. Además, el medio antes mencionado señala que el empresario hondureño es poseedor de 24 empresas, y en ellas, resaltan entre sus socios, algunos familiares de Hernández. 

Video de YouTube: Albanisa, la red sancionada en Nicaragua que sobrevive en Honduras:

Juan Orlando Hernández: El “salvavidas” del régimen sandinista 

Mientras la comunidad internacional continúa omitiendo el decepcionante papel de Honduras y el gobernante Partido Nacional en la crisis política de Nicaragua, el cuestionado Juan Orlando Hernández mantiene una estrecha comunicación con el régimen sandinista, y hasta el momento, ni la Cancillería de dicho país, ni los líderes de su partido han expresado su solidaridad con las víctimas de la represión comunista. 

Los intereses personales de Hernández continúan prevaleciendo por encima de la estabilidad política de la región, algo que fue demostrado durante la pasada sesión del Consejo Permanente de la OEA, realizada el 15 de junio, en donde Honduras, al igual que México, Argentina, Belice y Dominica, se abstuvo de votar contra Nicaragua, y exigir la liberación inmediata de los presos políticos.

Asimismo, el Banco Centroamericano de Integración Económica (BCIE), liderado por el hondureño Dante Mossi (cercano a Hernández), continúa otorgando préstamos a la dictadura comunista con total normalidad, sin controles de transparencia ni rendición de cuentas.

Estas y otras acciones han sido aplaudidas por el régimen de Ortega, quien jamás se manifestó en contra de su supuesto “rival ideológico” del país vecino, por razones obvias, ni siquiera, durante los procesos electorales del 2013 y 2017, en donde el partido Libertad y Refundación (coordinado por Manuel Zelaya, su primer aliado) y otros partidos y figuras políticas de oposición denunciaron la existencia de un fraude electoral, en favor de Hernández y el Partido Nacional.

Por las alianzas que logró constituir Ortega, gane Zelaya Rosales en los comicios presidenciales que se llevarán a cabo en el mes de noviembre, o gane el candidato de Hernández, él tendrá un excelente aliado para la corrupción en Honduras.

Los señalamientos de la Fiscalía Federal del Distrito Sur de Nueva York a Hernández por colaborar con el narcotráfico en la región podrían obligar a éste a buscar refugio y esconderse de la justicia, siendo Nicaragua uno de los posibles destinos, emulando así a otros ex presidentes de la región, como Mauricio Funes, o Salvador Sánchez Cerén

Juan Orlando Hernández, en el acto central del 35 aniversario de la Revolución Sandinista 

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Honduras

Juan Orlando Hernández, el hombre que convirtió a Honduras en una autocracia 

El presidente de Honduras, Juan Orlando Hernández, gobierna al país centroamericano desde 2014. Sus conexiones con el crimen organizado, y sus maniobras autoritarias para consolidar su poder han provocado una crisis política y social sin precedentes en la historia del país. 

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El presidente de Honduras, Juan Orlando Hernández ha sido un político “astuto” a lo largo de su carrera política, pero a la vez, se ha convertido en un peligro para la democracia del país centroamericano, a través de la consolidación de un sistema autocrático, el cual ha generado temor entre diversos sectores del país. 

A pesar de sus promesas de “una vida mejor” para la hastiada sociedad hondureña, y de sus numerosos planes para atraer inversión extranjera al país, Hernández no puso en marcha ninguna de sus promesas de campaña, aunque continuaría beneficiando al poderoso establishment hondureño, a través de varias concesiones y leyes trascendentales para la nación. 

Sumado a esto, el incipiente nivel de narcotráfico abarca a todos los niveles de la sociedad hondureña. Varios políticos y antiguos miembros de la Policía Nacional han sido condenados en Estados Unidos por delitos de narcotráfico, lo cual ha demostrado la debilidad del sistema de seguridad y justicia hondureño.  

Desde sus inicios como congresista en los años noventa, Hernández logró un lento pero poderoso ascenso a la cúpula del poder. Su gestión como Presidente del Congreso Nacional entre los años 2010-2014, lo convertirían en una figura notable del centroderechista Partido Nacional, de cara a los comicios internos del 2013.

Con el respaldo de Porfirio Lobo Sosa, en ese momento, Presidente de Honduras, ganaría esos comicios bajo sospechas de fraude. Sin embargo, las denuncias no llegaron a más, luego de que los candidatos rivales decidieran sumarse a la campaña de Hernández para las elecciones generales del 2013. 

Luego de superar ese polémico suceso, el 24 de noviembre del 2013, ganaría las elecciones generales, con el 36,89% de los votos, nuevamente bajo sospechas de fraude electoral. El último obstáculo para llegar al poder había sido superado. 

Juan Orlando Hernández, del centroderechista Partido Nacional, celebrando su controversial triunfo en los comicios generales del 2013. 

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Primer mandato: Promesas Incumplidas

El 27 de enero del 2014, Hernández tomó posesión como presidente de la República, prometiendo a la ciudadanía reducir los niveles de pobreza, desempleo e inseguridad, además de un combate frontal a la corrupción.
Sin embargo, a pesar de lo anterior, se revelarían varios esquemas de corrupción que provocaron indignación en el país. En 2015, el desfalco de unos 200 millones de dólares del Instituto Hondureño de Seguridad Social salpicaría a poderosos funcionarios y empresarios del país, así como también al Partido Nacional.
Juan Orlando Hernández negaría su implicación en los hechos, aunque luego admitió que su partido utilizó US$ 148.000 para financiar su campaña electoral
En mayo de ese mismo año, ciudadanos fundaron el movimiento “Oposición Indignada”, cuya misión era exigir el cese de la corrupción e impunidad en Honduras, sin embargo, Hernández no cumpliría con sus peticiones luego de cinco años de protestas. 
Pese a las críticas recibidas por diversos sectores, Hernández seguía mostrándose como un hombre de “mano dura”. Gozaba de cierto respaldo en las zonas más vulnerables, gracias a sus políticas de seguridad. 
La oposición afirma que la estrategia de Hernández busca “militarizar al país”, ya que el presidente no sólo los envió a patrullar las calles, sino que los incluyó en su gabinete y les otorgó poderes extraordinarios”, una estrategia utilizada por otros mandatarios hondureños en el pasado. 

Juan Orlando Hernández, en su primera Toma de posesión. Mientras se realizaba este acto, sectores de oposición se manifestaban en contra del mandatario en distintos puntos de la ciudad de Tegucigalpa, capital del país

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A pesar de las denuncias de corrupción y narcotráfico, y de una Constitución que impide claramente la reelección en Honduras (Véase ARTICULO 239), Hernández decidió aspirar nuevamente a la candidatura presidencial, en el año 2017, después de ser habilitado por los miembros de la Sala de lo Constitucional, de la Corte Suprema (CSJ), los cuales son afines a la cúpula en el poder. 
Pero Hernández no la tendría fácil, su rival más fuerte era el candidato Salvador Nasralla, un candidato de centro/ centroderecha, carismático presentador de televisión y fundador del Partido Anticorrupción.
Si bien Nasralla es claramente un outsider de discurso moderado, terminó formando parte de la coalición denominada “Alianza de Oposición contra la Dictadura”, conformada por sectores de centroizquierda e izquierda. 
Su unión al chavismo a través de Zelaya provocó que el candidato opositor adoptara parte del discurso de la izquierda radical, lo que le obligó a apoyar a las dictaduras de Venezuela y Corea del Norte, por lo que a nivel internacional recibiría varias muestras de rechazo por parte de sectores importantes de derecha. 

“Los medios de comunicación en el mundo entero tratan de instalar en la mente de la gente ideas falsas, como que Nicolás Maduro es un ogro (…) yo he ido a Venezuela y obviamente hay gente descontenta, pero no así como aparece en los medios”, aseguró Nasralla en los últimos días de campaña.

Salvador Nasralla, un outsider conservador que dio un inesperado giro a la centro-izquierda, para evitar la reelección indefinida de Juan Orlando Hernández.

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El 26 de noviembre del 2017, los hondureños acudirían masivamente a las urnas. Los primeros resultados no se darían hasta la madrugada del día siguiente. Con el 57,18% de los mesas escrutadas, Nasralla encabezaba la elección con un 45,17% de los votos, mientras que JOH tenía un 40,21% de los votos. 

Esta era una tendencia irreversible, que provocaría un cambio significativo en Honduras. Sin embargo, el sistema se caería “misteriosamente” durante varios días. 

Recién el 17 de diciembre, 21 días después de la elección y de manera sorpresiva, el Tribunal Supremo Electoral declaraba a Juan Orlando Hernández ganador de las elecciones, con el 42,95%, mientras que Nasralla “obtuvo” el 42,45%, una diferencia de apenas 0,5%.
Parecida a la situación de Bolivia que desembocó en la renuncia del aspirante a dictador Evo Morales, Juan Orlando Hernández ganó una de las elecciones menos transparentes de la historia del país. A raíz de este grosero fraude electoral, hubo manifestaciones públicas y protestas violentas. Durante esta crisis, murieron 23 personas.

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El 24 de enero de 2018 asumió su segundo mandato, a pesar del fraude y a pesar de ser inconstitucional, y Honduras está virtualmente en una nueva dictadura, que mantiene un férreo control de las libertades en el país. 

Recientemente, a fines de 2019, nuevos documentos de la Corte del Distrito Sur de Nueva York implicarían a Juan Orlando Hernández  en actividades de narcotráfico, y posteriormente fue vinculado al Cartel de Sinaloa de México y al Cartel de los Soles de Maduro.
A medida que pasan los días, el autócrata Hernández busca otras opciones para evitar ser enjuiciado por la temida justicia estadounidense. Su hermano, Juan Antonio Hernández (que mantuvo vínculos con el grupo terrorista de las FARC), fue encontrado culpable por narcotráfico en 2019, por lo que el destino de “JOH” parece ser inevitable. 
Juan Orlando Hernández es un hombre autoritario, que aprovechó la débil institucionalidad del país y la necesidad de mano dura en seguridad para afianzar su poder y crear otro narco-estado más en Latinoamérica.


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Honduras

Encontraron al ex Presidente de Honduras, el castrochavista Manuel Zelaya, con 18 mil dólares en efectivo no declarados antes de viajar a México

El castrochavista Manuel Zelaya fue retenido durante seis horas por autoridades locales este jueves luego de detectar que transportaba en su equipaje 18 mil dólares en efectivo. Zelaya aseguró que “el dinero no era suyo”.

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El ex presidente hondureño, Manuel Zelaya Rosales, fue retenido la tarde del pasado jueves en el Aeropuerto Toncontín de Tegucigalpa, principal aeropuerto del país, luego de que las autoridades detectaran en su mochila una bolsa con 18 mil dólares en efectivo no declarados. 

Zelaya se dirigía a México y aseguró que “no eran suyos“. El propio político explicó que que se disponía a viajar a México para participar en un seminario al que fue invitado como expositor con el izquierdista Partido del Trabajo (PT), aliado del presidente Andrés Manuel López Obrador. 

Además, manifestó que “alguien colocó la fuerte suma de dinero y pido que se investigue el hecho, aunque el escándalo ya está hecho”. Además narró que en su maleta llevaba un libro, el discurso que iba a pronunciar en el seminario y otras pertenencias, pero nada más. Lamentó que se le negara abordar el avión que lo llevaría a Estados Unidos para luego ir a México, y reiteró que se debe investigar lo acontecido. 

“Comunico que he sido injustamente retenido en el aeropuerto Toncontin cuando me aprestaba a viajar a Seminario del PT en México. La causa: una bolsa de dinero con 18 mil dólares que no es de mi pertenencia. Ahora me encuentro en presencia de un fiscal”, manifestó Zelaya 

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Luego de este incidente, y con el objetivo de garantizar el orden, miembros de la Policía Militar se mantendrán en las afueras del aeropuerto hasta nuevo aviso, temiendo que algún otra persona fueron a querer llevar esa suma de dinero que Zelaya (intencional o no) iba a llevar a México.

El incidente provocó una reacción inmediata de sus simpatizantes, quienes convocaron a manifestaciones para exigir la liberación de Zelaya, quien había quedado detenido. Los manifestantes iniciaron su protesta bloqueando uno de los carriles ubicados en la parte frontal del Aeropuerto Toncontín, donde quemaron neumáticos e impidieron el libre tránsito de vehículos por esa zona.

Además, los manifestantes intentaron ingresar a la terminal aérea del aeropuerto para sacar al ex presidente Zelaya por la fuerza, sin éxito alguno, ya que los miembros de la Policía Nacional utilizaron bombas lacrimógenas para dispersarlos. Pese a que no pudieron ingresar, continuarían por varias horas en los alrededores de este sector.

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A pesar de que Zelaya continuará negando que el dinero encontrado era de su propiedad, medios locales filtraron un video que desmentiría las versiones de Zelaya. En el video, tomado por las cámaras internas de una sala de Migración en la terminal aérea, se observa que un Agente de la División Aeroportuaria (DSA) le dice a Zelaya que “revisará el equipaje en su presencia”. 

– “¿Cuánto dinero porta?“, le pregunta otro Agente. (Se mantiene el silencio en la sala por unos segundos, y Zelaya comienza a contar el dinero).

– “Bueno… debe haber unos US$12,000… es un error que venga este dinero aquí“, contesta Zelaya.

– “¿Doce mil dólares?“, pregunta la agente.

– “No sé, habría que contarlos…”, respondió Zelaya, quien fue interrumpido por la agente, preguntándole: “¿Los declaró?“. 

– “No lo declaré (…) Es que sabe lo que pasa, no sabía que venía este dinero aquí”, insiste Zelaya.

Parecería que el ex presidente sabía de ese dinero y que debía ser llevado a México pero desconocía que iba a ser él quien lo llevara. Se teme que el antiguo mandatario estaría llevando dinero para pagarle a grupos asociados al narcotráfico mexicano.

Luego de seis horas de permanecer en el aeropuerto, el líder socialista fue liberado, y continuó con su viaje a México el sábado. El Ministerio Público aseguró que investigará el origen de los fondos, que permanecerán bajo el resguardo del ente judicial.

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José Manuel Zelaya Rosales es todavía hoy uno de los políticos más poderosos de Honduras. Fue militante del centro-derechista Partido Liberal desde los años ochenta hasta el 2009. Durante ese tiempo, ocupó diversos cargos a nivel tanto dentro de su partido como en la administración pública. 

En 2006 tomaría posesión como Presidente de Honduras, y durante los dos primeros años de su mandato mantuvo estrechas relaciones con la cúpula conservadora del Partido Liberal. 
Sin embargo, entre los años 2007 y 2008 sellaría una alianza con el chavismo, que se mantiene hasta el día de hoy, lo que provocaría que Zelaya intentara promover un referéndum para la instalación de una Asamblea Nacional Constituyente, y mantenerse indefinidamente en el poder, lo que provocó que las Fuerzas Armadas lo derrocaran en junio del 2009, y lo exiliaran por dos años. 
En 2011, regresó a Honduras, y fundó el Partido Libertad y Refundación (LIBRE), miembro del Foro de Sao Paulo, siendo electo como Coordinador General del partido en 2012. Desde entonces, se convirtió en uno de los principales referentes de la izquierda en el país hondureño.
Fidel Castro, junto a Manuel Zelaya Rosales, ex presidente de Honduras, y Hugo Chávez, ex dictador de Venezuela

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