Desde que comenzó su mandato, el presidente Donald Trump puso un especial énfasis en resolver el conflicto entre Serbia y Kosovo; su ex mujer, Ivana Trump, de origen checo, y su actual mujer, Melania, de origen esloveno, le han marcado en su vida un especial interés y preocupación por los conflictos en los Balcanes.
El 8 de mayo de 2018, Trump designó a Richard Grenell, un experto en conflictos de Europa del Este, como Embajador en Alemenia, para que desde esa Oficina empiece a entablar relaciones con los países balcánicos, gravemente dañadas durante el gobierno de Obama.
En su primer año al frente de esta Embajada, Grenell comenzó a dar avances significativos en la relación con Serbia, y el 4 de octubre de 2019, Trump lo designó como Embajador Especial en Relaciones Entre Serbia y Kosovo, con el único objetivo de pacificar la región.
En secreto y sin dar muchos detalles, Trump, Grenell y el canciller Mike Pompeo armaron un plan que logró sentar en la mesa a los líderes serbios y kosovos: los países harían una tregua en su guerra política para poder enfocarse en establecer lazos comerciales. Rápidamente, los mandatarios conservadores acordaron un Acuerdo Económico.

Richard Grenell, Embajador en Alemania (desde 2018), Embajador Especial en Serbia y Kosovo (desde 2019), y Director Interino de Inteligencia Nacional (febrero 2020 a mayo 2020). Grenell es el funcionario público de más alto rango en la historia de EE.UU. en ser homosexual. Foto: Casa Blanca.
Finalmente, el 4 de septiembre de este año, luego de un año de negociaciones interrumpidas por el estallido de la pandemia del coronavirus, Trump convocó a la Casa Blanca al presidente serbio, Aleksandar Vučić, y al primer ministro kosovense, Avdullah Hoti, para que le pongan la firma final al pacto comercial.
En este pacto, la República de Serbia y la República de Kosovo se comprometen a normalizar las relaciones económicas y se implementará la primer conexión aérea entre las capitales de ambos Estados. Con estos logros, el presidente norteamericano busca seguir sumando éxitos a su larga lista de logros diplomáticos en favor de la paz mundial.
“Serbia y Kosovo se comprometieron a favor de una normalización económica”, declaró Trump en el Despacho Oval. Posteriormente, justificó la normalización y dijo que “la economía puede reunir a los pueblos”. Tras la conferencia, el Presidente serbio manifestó públicamente su intención de que Trump visite Serbia y le agradeció por su “excelente trabajo”.
El principal objetivo es que en los próximos meses, la frontera entre Serbia y Kosovo se abra y se habilite el libre tránsito de productos y personas. Esta unificación del mercado implicará la eliminación de todas las tarifas aduaneras entre los países y un enorme desarrollo económico que beneficiará a ambos países. Este acuerdo durará 1 año como mínimo, y luego de ese plazo los tres mandatarios están obligados a volverse a sentar a la mesa de negociación.
El plan maestro de Trump es que al comerciar libremente entre sí, Serbia está reconociendo de facto al Estado de Kosovo, y luego de un año de los dos pueblos comerciando y entrando en negocios entre sí, será muy difícil que estos países echen todo hacia atrás.

Trump, Vučić y Hoti, junto a sus comitivas, en la firma oficial del Pacto Comercial en la Oficina Oval. Atrás, de gris, Richard Grennell, el artífice de este acuerdo. Foto: Brendan Smialowski/AFP
Este lunes 7, los mandatarios de Serbia y de Kosovo asistirán a una reunión impulsada por la Unión Europea para que los países lleguen a un acuerdo político, que complemente el acuerdo económico al que llegaron con Donald Trump.
Mientras que el pacto comercial recibió amplio apoyo tanto por los Gobiernos como por las oposiciones de ambos países, esta reunión en Bruselas fue boicoteada por los partidos opositores de Kosovo, que ven que un acuerdo con Serbia es desprestigiar años de resistencia y de sentimientos nacionalistas.
El presidente Vučić prometió hablar francamente con Hoti de las casi 2.000 personas desaparecidas producto de la guerra entre los países del año 1999, en la que los gobernantes serbios trataron de llevar a cabo un genocidio de la población albana-kosovar, predominantemente musulmana.
A su vez, ofreció la creación de un Comité que se dedique al rastreo e identificación de estas personas desaparecidas y de reconocer la legitimidad del proceso de independencia del país, aunque a cambio presionará por la creación de Municipalidades autónomas en las zonas de Kosovo donde todavía quedan distritos habitados mayoritariamente por serbios.

En verde oscuro, los distritos que Vučić pedirá convertir en Municipios autónomos dentro de Kosovo.
El Gobierno estadounidense no coincide con la idea de la Unión Europea de tratar de impulsar tan brutamente el reconocimiento internacional entre ambos países. Trump cree que esto solo profundizará los conflictos internos y que acrecentará las tensiones del Gobierno de Kosovo con su oposición ultra nacionalista, dificultando un acuerdo político en el futuro.
Trump también incluyó en el acuerdo una serie de pautas en pos de una “apertura religiosa” de los países. Serbia es un país predominantemente cristiano y Kosovo es un país con mayoría musulmana, y ambos han tenido un reprochable pasado de persecución religiosa.
De esta manera, en el acuerdo se logró que Kosovo y Serbia se comprometieran a “decriminalizar la homosexualidad, asegurar la libertad religiosa, la comunicación interreligiosa, la protección de los sitios religiosos y la restitución de la propiedad de judíos destruidas o deshabitadas por el holocausto”.
Además, ambos países aceptaron profundizar sus relaciones con Israel; levantarán algunas restricciones comerciales, van designar a Hezbollah como una organización terrorista y Serbia moverá su Embajada de Tel Aviv a Jerusalén, reconociendo a ésta como su capital eterna.
Por su parte, Kosovo, sin relaciones diplomáticas con Israel, comenzará un proceso de normalización también con el Estado judío, y abrirá una Embajada oficial directamente en Jerusalén. De esta manera, Kosovo se convierte en el primer país de mayoría musulmana en la historia en abrir una Embajada israelí en Jerusalén.
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