El economista Agustín Monteverde, famoso en el mundo político por ser quien armó la agenda económica del Frente NOS de Gómez Centurión en su candidatura del 2019, brindó su opinión sobre la coyuntura económica argentina y sus perspectivas a futuro, en diálogo con Luciano Fernández en Realidad Económica.
Fue particularmente crítico con el gobierno de Alberto Fernández, señalando la falta de un rumbo claro en el equipo económico. Concluyó que la gestión actual jamás tuvo un objetivo determinado; nunca tuvo un plan económico a seguir, ni antes ni después de la pandemia que vivimos.
En esta línea, Monteverde señaló que, en general, muchos gobiernos argentinos son propensos a la improvisación, pero la gestión Fernández está llevando al país a una situación extremadamente delicada.
“El gobierno no tiene plan ni pre, ni durante ni pos-pandemia. La clase política argentina es improvisada y la medalla a la improvisación se la lleva esta administración. Pocas veces se ha visto un gobierno con tan poca idea de lo que hay que hacer y tan dispuesto a marchas y contramarchas”, sentenció.
Hizo énfasis en el estado de la situación económica argentina antes de que llegara la pandemia. Destacó que Argentina mostraba signos claros de agotamiento y recesión, durante el primer trimestre del año.
Cabe señalar que el shock de la cuarentena impactó recién en los últimos días del mes de marzo, con lo cual, la recesión argentina era una realidad local que ya estaba pasando.
Por esta razón, Monteverde concluyó que no era realmente necesario que la pandemia llegara a nuestro país para entrar en recesión, pues la pésima organización económica argentina ya se estaba encargando de dinamitar la actividad por sí misma.
Las medidas drásticas tomadas por el gobierno en marzo, y su deliberada prolongación en el tiempo, condenaron al país a sufrir la peor depresión económica de la historia, al menos de la que se tengan registros.
Argentina no solo permanece con duras restricciones, en comparación con otros países del mundo y de la región, sino que la extensión del confinamiento es realmente alarmante, la cuarentena más extensa del mundo.
“No hay que perder de vista que Argentina había profundizado la recesión en el primer trimestre de 2020. El país tuvo una contracción de 2,7% en 2018, de 2,8% en 2019 y en el primer trimestre de 2020 duplicó ese ritmo. Argentina, sin necesidad de un confinamiento compulsivo, se estaba precipitando al abismo”, afirmó Monteverde.
El economista se refirió también a la recuperación que, según los datos del EMAE, ya se venía dando desde el piso alcanzado en el mes de abril. Monteverde señaló que en julio hubo una suerte de freno en el dinamismo de la recuperación, y que esta estaría retrasándose más de lo que se esperaba.
Probablemente el freno de la actividad en julio se derive de las nuevas disposiciones tomadas por Alberto Fernández, el llamado “martillo” y “botón rojo”.
Incluso con eventuales medidas restrictivas hacia las provincias del interior del país, que ya habían entrado en una etapa de flexibilización desde mediados de abril y principios de mayo.

Agustín Monteverde, Doctor en Economía, profesor en la Universidad del CEMA, consultor de empresas y bancos, y consejero académico de la Fundación Libertad y Progreso.
Opinó sobre el reciente arreglo y eventual canje de deuda entre Argentina y los acreedores, y aseguró que lo realmente importante es lo que se logró evitar, y no lo que efectivamente se consiguió.
Planteó que se logró evitar un descomunal costo que el país tendría que afrontar de no haber logrado normalizar su situación con los acreedores.
Si no se producía un acuerdo, Argentina podría volver a verse ligada a las consecuencias de tribunales internacionales, como resultado de incumplir sistemáticamente sus obligaciones. Apuntó fuertemente en contra de la causa de los problemas financieros y de deuda, el déficit fiscal del Sector Público Argentino.
Explicó que, ahora que estamos obligados a valernos de recursos propios y sin acceso al financiamiento externo, Argentina debería adoptar una prudencia fiscal mayor.
“El ajuste va a llegar. Puede ocurrir que el gobierno lo implemente de forma tramposa, que es por medio de la licuación del gasto a través de la inflación, pero va a llegar”, afirmó el economista.
No obstante, el gobierno se niega rotundamente a cualquier tipo de ajuste fiscal directo sobre los gastos del Estado,de acuerdo a sus principios estatistas, y sustentando su núcleo duro de apoyo electoral.
De todos modos, el ajuste fiscal parece algo inexorable, que va a ocurrir por las buenas o por las malas.
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