México, un país con 128 millones de habitantes y con un PIB de 1,322 millones de dólares, ubicado 15° entre las economías más grandes del mundo, se encamina hacia su peor desastre económico de los últimos 100 años.
El socialista Andrés Manuel López Obrador (AMLO) cerró su primer año de gobierno en diciembre de 2019 con una caída del PIB del -0,1% y México cayó en recesión por primera vez desde la crisis subprime del 2008. Antes de cualquier pandemia o cualquier conflicto por el petróleo, la proeza socialista ya había logrado destruir la economía. Para este 2020, se espera que la caída sea entre -17 y -21%, lo cual sería la peor crisis en el último siglo del país.
Ya para el 31 de julio de este año, el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), publicó su estimación sobre la evolución del PIB para el segundo trimestre del 2020 e indicó un desplome histórico de -17,3% con respecto al trimestre anterior. Si consideramos el primer semestre del 2020, la caída del PIB fue del -10,5%.
Según el INEGI, son 12 millones de personas las que perdieron su empleo y sus ingresos, los cuales caerán por debajo de la línea de pobreza, e incluso la de pobreza extrema.
En el último informe oficial para mayo 2020, los datos de la Inversión Fija Bruta o IFB (Inversión Directa en la producción de bienes y servicios) y del Consumo Privado o CP (compra de bienes y servicios), fueron los siguientes:
- En términos anuales (comparando con el 2019), en mayo 2020, la IFB registró una caída del 38,4 por ciento (la peor desde 1995), superior a la caída de abril (37,1%). Suman 16 meses consecutivos con caída de la IFB con niveles similares a 1997.
- El CP del pasado mes de mayo fue similar al de julio de 2009, y cayó 23,5% (mínimo histórico), superior a la caída de abril (22.2%) y suman ya 5 meses consecutivos de caída del CP. Esta es la magnitud del problema.
- La OIT, informa que la precariedad laboral de México (personas pobres pero con empleo) son el 18,5% de la población ocupada, lo que equivale a 10.2 millones de personas pobres.
Por otra parte, la calificadora de riesgo Moody’s bajó la calificación de deuda de México a “BAA1” con perspectiva negativa. Lo anterior está basado en el riesgo de que la fortaleza económica y fiscal se deteriore aún más por la persistente incertidumbre en torno a la dirección de las políticas públicas, que han sido insuficientes para abordar de manera efectiva tanto los desafíos económicos que enfrenta el país como los problemas financieros y operativos de Pemex (Petróleos Mexicanos) que es responsable de una gran parte del PIB mexicano, y está de mal en peor.
Guillermo Valdés, socio director de Grupo de Economistas y Asociados, detalló que en la encuesta de gobernabilidad de julio 2020, ante la pregunta a la población “¿cuál considera que es el principal problema del país?”, casi el 40% de los encuestados dicen que es el problema económico, cuando hace tres meses decían que era la inseguridad.
Esto no quiere decir que la inseguridad se haya solucionado; todo lo contrario. La delincuencia y los homicidios están en cifras récord, habiéndose registrado en los primeros 4 meses del año, antes de la pandemia, 11.535 asesinatos. La gran mayoría explicada por las guerras de carteles narcos.
Además, el primer aniversario de Andrés Manuel López Obrador cerró con el peor dato en homicidios y secuestros de la historia, con 34.579 asesinatos, 4 por hora, un aumento del 33% de los secuestros y del 52,5% en los abusos sexuales.
El hecho que la economía preocupe más que esta inseguridad récord, es otro parámetro para tener en cuenta la magnitud de la crisis económica actual y su impacto sobre la sociedad mexicana
AMLO, presidente de México desde 1 de diciembre del 2018, goza de un 58% de desaprobación y Morena, su partido, no ha estado exenta de problemas.
Yeydkol Polevnsky, la presidente de Morena, autorizó pagos a dos empresas constructoras por obras no realizadas por más de 800 millones de pesos mexicanos (unos US$ 36 millones), salpicando al presidente de México.
La denuncia al organismo competente fue presentada alegando, además, lavado de dinero en el Gobierno. Por mucho tiempo Yeidkol fue adalid de la no corrupción y denostó a los gobiernos anteriores, culpándoles de la enorme corrupción que sumió al país en pobreza y desigualdad.
La hipocresía de la izquierda viene siendo otro factor fundamental del descontento de la población.

El presidente mexicano, López Obrador, en una de sus conferencias de prensa.
¿Cómo un país con esta riqueza, numerosa población, vecino y proveedor de la primera potencia de mundo, puede vivir esta realidad tan agobiante para sus habitantes?
En una dimensión paralela, Manuel López Obrador describía con detalles lo lujoso del avión presidencial que se remató, y del costo de operarlo (45 millones de pesos mexicanos anuales) pero en el mismo periodo en que AMLO dejó de usar el avión, Petróleos Mexicanos perdió casi 1,3 billones de pesos mexicanos. Si se hubiera quedado con el avión y hubiera hecho las cosas bien a nivel macroeconómico, el saldo hubiera sido de 1,2 billón de pesos mexicanos positivo.
Mientras tanto, el mandatario mexicano articula un plan para “medir la paz y la felicidad en México”. La economía es el reflejo de la salud política y social de una país, y México mantiene serios problemas con estos dos últimos.
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