Acorde a sus promesas de campaña, una de las primeras leyes que Joe Biden enviará al Congreso es un nuevo aumento impositivo en los Estados Unidos.
El programa fiscal patrocinado por el Partido Demócrata tendría la mira puesta en las ganancias de capital y la actividad empresarial, según explicó la Tax Foundation.
En otras palabras, buscarán gravar fuertemente a las empresas y a los margenes que obtienen las empresas. Mientras el recorte impositivo del Presidente Trump había apuntado directamente en bajar las cargas en las empresas para frenar cualquier suba de precios y caída de salarios, los demócratas han elegido el camino inverso.
Por su parte, Biden había prometido en campaña no gravar los ingresos de la “clase media” y los estratos más bajos, cuyas alícuotas habían sido reducidas en la reforma fiscal de Trump en 2017. En cambio, planteó la posibilidad de elevar fuertemente los impuestos para las ganancias anuales para las personas que tienen patrimonios superiores a los US$ 400.000.
Según explica la Tax Foundation, los principales puntos del programa fiscal de los demócratas, son:
Renta Corporativa
Aumento del impuesto a la renta corporativa (ganancias empresariales) del 21% al 28%. Esta es la medida más fuerte dentro del programa, y supone una reversión importante dentro de las reformas implementadas anteriormente por Donald Trump.
La tasa impositiva no volvería los niveles alcanzados en la administración Obama (con una alícuota máxima del 35% dentro de un esquema variable), pero al mantener una tasa uniforme para todas las empresas, en la práctica muchas de ellas pagarán más impuestos de lo que pagaban en la anterior administración demócrata, especialmente las pequeñas.
Se buscará establecer un impuesto mínimo corporativo sobre los ingresos contables. Se trata de un tributo se suma fija con cláusula de actualización, que se comporta de forma totalmente independiente al dinamismo empresarial.
Se derogarían todas las deducciones establecidas por la anterior reforma fiscal de 2017 (TCJA, por sus siglas en inglés) para altos ingresos dentro del esquema del impuesto sobre la renta individual. Esto implica ampliar las bases imponibles.
Seguro Social
Se buscará imponer un nuevo impuesto sobre la nómina de la Seguro Social del 12,4% sobre los ingresos anuales superiores a los US$ 400.000.
Esta medida se tomaría para complementar las promesas de los demócratas en torno a la expansión del Estado en el control del sistema sanitario norteamericano.
Ingresos de las empresas
El programa de Biden supone duplicar el impuesto sobre los ingresos de empresas subsidiarias norteamericanas en el exterior (el llamado GILTI Tax). Incluye la transferencia de activos intangibles, derechos de autor, patentes, marcas comerciales, etc.
Además, se buscará generalizar la tasa impositiva para todos los países, independientemente de los que tenían tratos preferenciales por cuestiones comerciales o de índole estratégico. Se propone una masiva generalización del tributo.
El objetivo de la reforma es, además de conseguir más recaudación para el fisco, buscar algún tipo de incentivo a la repatriación de fondos. Estas políticas ya estaban siendo llevadas adelante por Trump, aunque por vías voluntarias (incentivos positivos) y no con impuestos (castigos).
Como única medida aparentemente expansiva, el programa fiscal demócrata propone aumentar (de forma estrictamente temporal) las facilidades para el acceso a créditos fiscales por hijos y dependientes. En la práctica, implica mayores deducciones a la hora de tributar cargas individuales, pero se aplicará de forma temporal.
Para la Tax Foundation, el programa fiscal de Biden tendrá un efecto recesivo en el largo plazo (entendiendo por largo plazo al período 2021-2030).
En este sentido, la fundación sugiere una contracción de 1,62% del crecimiento potencial en la economía norteamericana para el 2030.
Los gravámenes sobre la acumulación e inversión de capital tendrán un efecto igualmente negativo. En el largo plazo estipulado, el capital social perdería un 3,75% del tamaño al que podría aspirar para 2030.

Joe Biden, la nueva cara del socialismo demócrata.
Los trabajadores, a pesar del supuesto impacto redistributivo de las reformas, sufrirían una contracción en sus salarios potenciales. Para 2030, los salarios promedio en la economía perderían hasta un 1,15% del nivel potencial al que podrían aspirar.
El informe también señala un impacto sobre la recuperación de empleo formal, alertando que se podrían perder más de 540.000 plazas laborales en el largo plazo.
Normalmente, los aumentos impositivos implementados en gobiernos de signo “progresista” se establecieron en períodos de crecimiento y recuperación.
Por el contrario, Estados Unidos aún no logró recuperarse completamente del impacto de la pandemia, y podría afrontar un nuevo shock tributario de corte recesivo.
Por Germán Pérez Dalmau, para La Derecha Diario.
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