Delirios de la heterodoxia argentina: ¿el que apuesta al dólar pierde?
En una entrevista con Clarín, el ministro Martín Guzmán destacó la necesidad de formar un mercado local de crédito más desarrollado y la importancia del ahorro en pesos para lograr ese objetivo, pero ¿es posible ahorrar en pesos en Argentina sin perder contra la inflación?
Nota del Editor de la sección de Economía en La Derecha Diario.
El ministro Martín Guzmán anunció su interés en
que los argentinos apuesten al peso, y así desarrollar un mercado interno para el crédito.
La propuesta se deduce del siguiente planteo: el ahorro en pesos incentiva el crédito local, consolida la demanda
de dinero, ayuda a mitigar el efecto inflacionario y también ayuda a evitar
problemas con el sector externo y el faltante de divisas. Pero el verdadero
problema es el por qué llegamos a una situación en la cual nadie confía en el
peso. El peso no es ninguna garantía de reserva de valor, pese a lo que muchos oficialistas
afirman.
La polémica inició con el último anuncio del BCRA, que indica que
los depósitos a plazo fijo precancelables en UVA aumentaron considerablemente.
La medida fue anunciada originalmente por el Banco Central en febrero, y el objetivo era
fomentar el ahorro en pesos. Esto implica una tasa de interés que, se asegura, le
ganaría siempre a la inflación. Se estableció una tasa mínima del 1% por sobre
el índice IPC del INDEC, siempre y cuando el depósito se mantenga por 3 meses.
Si el depósito se retira antes de ese plazo estipulado, por ejemplo, a partir
del primer mes, la rentabilidad sería del 70% de la tasa de política monetaria (una
rentabilidad muchísimo menor). Este tipo de medidas conocidas como “anti-brecha”,
son parte del típico programa heterodoxo para evitar la dolarización de las
carteras.
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La tasa de política monetaria (tasa que se paga por las LELIQs)
se mantiene en un 38% anual. Por lo tanto, el 70% de
aquella tasa es la que se establece legalmente como la mínima, y estaría en
torno al 26,6%. Esta tasa ya había sido establecida como mínima para todos aquellos
depósitos que no tuvieran una cláusula de ajuste por UVA o UVI, con la
condición de que los titulares sean “personas humanas” y no empresas.
Desde aquella frase de Lorenzo Sigaut “el que apuesta al
dólar pierde” hasta la actualidad, la lógica en el mercado cambiario es la
misma. El dólar simplemente se convirtió en un activo seguro para el ahorro,
una cualidad que el peso argentino dejó de tener desde diciembre de 2001. Nuevamente
tenemos un gobierno que procura el ahorro en pesos, pero que no se preocupa en
tomar un poco de perspectiva histórica para llevar a cabo políticas públicas.
Las tasas de interés reales para los plazos fijos fueron
históricamente negativas, con esporádicos períodos excepcionales, y la década de
1990. A partir del 2002, el ahorro y el crédito en pesos fueron duramente
castigados.
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Si bien es factible brindar algún tipo de garantía o incentivo
para aquellos ahorristas que confíen en el BCRA y decidan apostar al peso, lo
cierto es que el margen de la política es acotado.
En primer lugar, la garantía del BCRA no está exenta de
restricciones, y por ese motivo se buscó alargar lo máximo posible el plazo necesario
para gozar de una tasa mínima “antiinflacionaria”. El ente presidido por Pesce
no logró detener la caída en las reservas, a pesar del incremento en todo tipo
de restricciones cambiarias.
En segundo lugar, no está garantizada una inversión que sea
capaz de ganarle a la volatilidad cambiaria, simplemente se busca ofrecer algún
tipo de alternativa en pesos que compense la inflación. Las garantías no alcanzan
para satisfacer a la totalidad del mercado financiero, con lo cual a nivel
agregado, las tasas siguen siendo fuertemente negativas.
En tercer lugar, como se muestra en el gráfico, el ahorro
en pesos se castigó sistemáticamente por décadas sin que ningún gobierno pudiera
realmente lograr la meta de “un mercado de crédito local en pesos”.
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Sólo en la década de 1990 se alcanzó un equilibrio para llegar a la construcción de crédito local en pesos y genuino. La inflación
pasada es una buena herramienta para medir cuánto fue la tasa de interés real
efectiva en un período, pero resulta ineficiente usarla para garantizar
completamente rentabilidades hacia adelante, porque los agentes toman decisiones en base
a expectativas futuras.
No es la primera vez que se implementan tasas garantizadas para
ciertos pequeños sectores tenedores de pesos, y sin embargo la trayectoria para
aquellos que decidieron apostar al peso fue desastrosa.
Sin tasas reales
positivas generalizadas para la totalidad del sistema bancario, es imposible
pretender la meta que se propone Martín Guzmán, sin hacer un mayor esfuerzo por
dar garantías a los tenedores de pesos.
Se trata de un problema sobre las
expectativas futuras. La gran emisión monetaria y el alza en la brecha
cambiaria, son claros indicios de que las expectativas no se condicen con las que
presenta el gobierno y, por lo tanto, el peso no es una moneda capaz de
garantizar reserva de valor.
“Si gana el Apruebo, yo no veo nada en el texto constitucional que sea proinversión, nada”, enfatizó Ignacio Briones.
Queda una semana para que se lleve a cabo el plebiscito de salida, instancia en donde la ciudadanía votará Apruebo o Rechazo a la propuesta de nueva Constitución que redactó la Convención Constitucional y que entregó de manera oficial el pasado 4 de julio al Presidente Gabriel Boric.
El ex ministro de Hacienda y ex candidato presidencial, Ignacio Briones, fue invitado a un nuevo capítulo de Tú Decides, en donde expuso su postura a favor del Rechazo.
En la entrevista se le preguntó cuál era su opinión opinión con respecto al plebescito, Ignacio Briones respondió que “como la inmensa mayoría de los chilenos, yo voté Apruebo con convicción y lo volvería a hacer porque creo que Chile necesita una nueva Constitución, una que signifique unidad, y esa es la principal razón por la cual yo hoy día Rechazo”.
“La verdad es que hace bastante tiempo que tomé esta decisión. Yo seguí el proceso semanalmente. Leí el borrador y el documento legal varias veces. He llegado a la convicción de que este no es un buen texto para Chile”, indicó.
“Yo entiendo que hay legítimas opiniones distintas. Es importante reconocer esto. Esto no puede ser una batalla, una guerra campal, necesitamos respetarnos. Hay argumentos a favor y en contra. Hay cosas buenas del texto, pero a mí el agregado me parece que es un mal texto para Chile”, resaltó.
“Sobre todo, más allá de lo técnico de cada artículo, creo que lo fundamental, y creo que así lo sienten los chilenos y chilenas, es que esta no es una Constitución de unidad. Los chilenos están divididos frente a este texto. Para mí es fundamental que podamos volver a mirar al futuro, que podamos dejar atrás este momento duro, esta crisis política que hemos tenido en Chile, y para eso se requiere unidad como condición necesaria, y este texto no lo es”, indicó.
“Partió con 80%, y hoy día las encuestas lo dan por abajo del 50%. Entonces, démonos la chance de tener una buena Constitución que nos una, que nos permita mirar a futuro. Creo que ese es el llamado”, agregó.
Qué propone económicamente la nueva Constitución
Tras los aumentos en el costo de la vida, uno de los temas que más preocupa a la ciudadanía es el ámbito económico en la propuesta de nueva Constitución que se votará el 4 de septiembre.
Sobre esto, el ex ministro Ignacio Briones aseguró que “yo creo que es muy importante cuando uno habla de economía aterrizar el concepto, porque para muchas personas la economía aparece como algo distante, lejano, y la verdad es que nos toca en el día a día”.
“Las familias hoy en día lo saben. La inflación les pega fuerte. Saben también que si la economía no anda bien, las pegas no andan bien, los emprendimientos no andan bien”, afirmó.
“Este texto constitucional, y lo voy a decir con toda franqueza, no tiene nada que sea pro crecimiento ni pro inversión. Eso lo necesitamos como nunca. Necesitamos generar empleo, mirar para adelante e inversión. La verdad es que esto se hace cuesta arriba, pero aún más”, señaló.
“Todos queremos avanzar en derechos sociales. Yo comparto eso, creo que es una de las cosas buenas de la Constitución, sin prejuicio que difiero en la bajada. Pero el objetivo lo comparto al 100%. Necesitamos más igualdad, una cancha más pareja”, aseveró.
“Necesitamos entender que avanzar en derechos sociales no es incompatible, por el contrario, es funcional a tener un mayor crecimiento, más inclusivo, verde y sustentable. Pero esos derechos sociales cuestan plata, quienes me escuchan lo saben. Cuando uno quiere mejorar la casa cuesta plata”, aseguró.
“Y la plata del Estado viene de los impuestos, de las personas. Y si la economía no crece, tampoco crece la recaudación. Acá no hay que engañar a las personas, esto es un esfuerzo grande, y para eso necesitamos que la recaudación aumente para poder financiar aquello”, comentó.
En julio de 2022, el Índice de Precios al Consumidor (IPC) anotó un aumento mensual de 1,4%, acumulando alzas de 8,5% en lo que va del año y 13,1% a 12 meses.
El Índice de Precios al Consumidor (IPC) subió en julio un 1,4%, informó el lunes el Instituto Nacional de Estadísticas (INE), en una variación que superó las expectativas y que fue empujada por las alzas en transportes y alimentos.
De esta manera, el IPC acumuló alzas de 8,5% en lo que va del año y 13,1% a 12 meses, en el mayor registro anualizado desde marzo de 1994.
“Diez de las doce divisiones que conforman la canasta del IPC aportaron incidencias positivas en la variación mensual del índice, una presentó incidencia negativa y una registró nula incidencia”, dijo el INE.
“Entre las divisiones con alzas en sus precios destacaron transporte (3,4%), con 0,492 puntos porcentuales (pp.), y alimentos y bebidas no alcohólicas (1,9%), con 0,393 pp. La división que registró disminución en sus precios fue vestuario y calzado (-2,7%), con -0,079 pp”, agregó.
Analistas esperaban una variación de 1,3% de acuerdo con la encuesta de Bloomberg y de 1,2% según la Encuesta de Operadores Financieros (EOF) que publicó hace una semana el Banco Central.
Desde la Asociación de Isapres ven con “preocupación” los dichos del director de Fonasa, Camilo Cid, quien aseguró que con la implementación del Fondo Universal de Salud se busca que estas instituciones “desaparezcan del mapa de la seguridad social”.
La Asociación de Isapres respondió a las palabras del director de Fonasa, Camilo Cid, quien aseguró que con la implementación del Fondo Universal de Salud se busca que estas instituciones “desaparezcan del mapa de la seguridad social”. A través de un comunicado, las Isapres dijeron que estos dichos generan “preocupación.
“Al resto de los cotizantes que voluntariamente suscriben al sistema, como a sus familias e hijos, las declaraciones que anuncian un término del sistema generan profunda preocupación. El país está preparado para discutir una reforma de salud, pero no para que las Isapres cierren de golpe”, dijeron desde la Asociación de Isapres.
“En ese contexto, si bien hay consenso en el diagnóstico de los problemas que afectan al sistema y sobre la necesidad de abordarlos, es necesario que los cambios sean paulatinos y no gatillados por una crisis que tenga como punto de partida el término forzoso y abrupto del sistema Isapre”, añadieron.
Precisamente la ministra de Salud, María Begoña Yarza, se refirió a las declaraciones del director de Fonasa y aseguró que los cambios, con la implementación del Fondo Universal de Salud, será paso a paso.
“Nosotros creemos que la seguridad social que hoy tenemos va a transitar a otra forma de seguridad social y allí tendremos los seguros y los seguros complementarios”, explicó Yarza.
“Este Ministerio de Salud también está empeñado que este tránsito cuide a las personas que están en las Isapres. Por tanto, el camino que hemos pensando transitar es un camino paso a paso, participando todos los incumbentes y con un foco muy primordial en el cuidado de las personas”, recalcó la titular del Minsal.
Desde la Asociación de Isapres recalcaron que actualmente están en una “situación crítica” e incluso corren riesgo de sufrir un “desenlace abrupto”.
“Creemos que el énfasis no debe estar puesto en desmantelar el sistema privado, sino en lograr que todas las personas tengan acceso a tratamientos y prestaciones de manera oportuna. Sin embargo, lo que hemos visto hasta ahora son acciones tendientes a eliminar a las Isapres, en lugar de dar respuestas concretas a la demanda de la ciudadanía, que quiere soluciones a sus problemas de salud. Lo que uno esperaría es que, si se va a poner fin a algo en materia de salud, que sea a las listas de espera, a los problemas de falta de médicos, de eficiencia, insumos o infraestructura, que afectan diariamente a los chilenos”, acusaron.
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