La noticia de la creación de una nueva “Superliga” en Europa paralizó al mundo futbolístico este domingo y rápidamente provocó el rechazo de las mayores instituciones deportivas del mundo, como la FIFA, la UEFA, las federaciones y ligas europeas, diferentes instituciones, referentes del deporte e incluso autoridades de Estado.
El Milán, Arsenal, Atlético de Madrid, Chelsea, Barcelona, Inter, Juventus, Liverpool, Manchester City, Manchester United, Real Madrid y Tottenham Hotspur son los 12 equipos europeos que adhirieron a la iniciativa de crear un torneo fuera de las competiciones locales y continentales que son manejadas por los entes reguladores del fútbol profesional.
El objetivo de las dirigencias de estos equipos es poder aprovechar la enorme fama que tienen y concentrar todos sus esfuerzos en disputar partidos de alto impacto televisivo que les permita maximizar sus ingresos.
Si bien en un primer momento no se habló de desligarse de las demás competiciones, la enorme cantidad de partidos que la Superliga supone, llevó a que rápidamente se ponga en duda si estos equipos podrán seguir jugando las competiciones históricas, como sus ligas locales o la UEFA Champions League.
Pero esta discusión duró poco, ya que tanto la FIFA como la UEFA salieron rápidamente a decir que estos equipos serían expulsados de sus torneos si deciden concretar el proyecto de la Superliga.
El Presidente de la UEFA, Aleksander Ceferin, descalificó esta iniciativa: “Nuestra competición es abierta. La Superliga es una competición cerrada. Esto es una propuesta vergonzosa y egoísta. Es un escupitajo en la cara de todos los amantes del fútbol“.

Protestas en Inglaterra en contra de la creación de la Superliga.
Los 12 dirigentes futbolísticos aseguran que históricamente han sido subvalorados por las competencias europeas, y que los premios por ganar los torneos hace tiempo que no justifican los costos que tienen los equipos.
Por ejemplo, un partido del Real Madrid contra el Getafe vende menos entradas y tiene menor rating (lo cual se traduce a menos ingresos por publicidad) que un partido contra un equipo como el Barcelona o el Liverpool. Sin embargo, sus costos son siempre los mismos (apertura del estadio, movilización del equipo, etc).
Esto quiere decir que en los partidos contra equipos chicos pierden plata (o ganan menos de la que podrían ganar) y en los partidos contra equipos grandes obtienen enormes ganancias.
La conclusión que sacan es que entonces deben solamente jugar partidos contra otros equipos grandes para maximizar sus ganancias. Aunque esto suena lógico a primera instancia, se ignora que eventualmente se generará fatiga entre los televidentes y los hinchas al ver a sus equipos jugar todos los años contra los mismos 11 equipos, lo cual va a llevar a que las ventas bajen con el tiempo.
Los impulsores de la iniciativa también aseguran que esta es una medida que tienen que tomar “si o si” porque la pandemia generó una fuerte “inestabilidad económica” para sus equipos.
Los 12 clubes esperan que se incorporen otros y completar así un grupo de 15 “fundadores”, y abrir la puerta a nuevos equipos todos los años, pero solamente entre un selecto grupo de “grandes”.
Por ahora, sin embargo, ningún cuadro grande de Francia o Alemania ha accedido de momento a la propuesta. El Ajax de Holanda, semi finalista de la “orejona” en 2018-2019 y con grandes de logros deportivos, tampoco decidió sumarse al grupo.

Todos los clubes involucrados han visto masivas caídas en sus ingresos en 2020 por la pandemia.
La primera diferencia con los torneos tradicionales es que la Superliga, según lo proyectado, será “gobernada” por la quincena de clubes fundadores, en vez de por una institución separada e independiente, como la UEFA o la FIFA.
Otra gran diferencia será el manejo del dinero. Según el acuerdo preliminar alcanzado, los clubes que se incorporen a la Superliga recibirán US$ 4.190 millones el mismo día que pongan su firma. Además, habrá enormes fondos destinados a los ganadores, que eclipsan cualquier premio que hoy en día otorga la UEFA.
Otra de las grandes controversias es cómo funcionará la novedosa liga. Se plantea como una competencia anual a jugarse entre semana, al igual que los dos torneos internacionales Europeos. El torneo contará con 15 fundadores, que nunca perderán su cupo, y 5 “clasificados”, que cambiarán todos los años y serán invitados por sus méritos deportivos en ese periodo.
En concreto, se clasificarán en función a lo que logren en sus ligas locales, pero no se especifica de qué países saldrán los cuadros y si por ahora hay otros clubes que quieran arriesgarse a confrontar con la UEFA por entrar a este torneo.
En teoría, una vez conformados los veinte equipos, se sortearán dos grupos de 10 clubes, y clasificarán los 3 primeros de cada bloque, mientras que los que queden en cuarto y quinto lugar jugarán una eliminatoria para completar los 8 que alcancen los cuartos de final, donde jugarán los equipos hasta alcanzar la final.
Los cruces desde primera ronda serán de ida y vuelta, y la final se jugará en un escenario neutral.
Eso significa que la Superliga tendrá más partidos que la Champions League, que también se juega entre martes y jueves.
Los fundadores aclararon que tienen intenciones de seguir presentes en sus ligas locales, jugando los fines de semana.

Los partidos en terreno neutral podrían jugarse en Dubai, Nueva York e incluso Shanghai.
La estructura de la Superliga será presidida por ahora por el Presidente del Real Madrid, Florentino Pérez, quien a su vez será secundado por el Presidente de la Juventus, Andrea Agnelli, y el dueño del Manchester United, Joel Glazer.
“Vamos a ayudar al fútbol en todos los niveles a ocupar el lugar que le corresponde en el mundo. El fútbol es el único deporte global en el mundo con más de 4.000 millones de seguidores y nuestra responsabilidad como grandes clubes es responder a los deseos de los aficionados“, indicó Pérez.
Mientras varios gobiernos europeos por ahora han preferido mantenerse al margen de esta discusión y que los mismos clubes y las instituciones lo resuelvan, otros mandatarios han prometido evitar la formación de la Superliga a toda costa.
El presidente francés Emmanuel Macron afirma que se trata de una “amenaza al principio de solidaridad y mérito deportivo” y que está analizando qué medidas puede tomar desde el gobierno.
Por su parte, el primer ministro británico Boris Johnson ha dicho que multará a las formaciones deportivas que se sumen a esta Superliga, y promete más sanciones. “Ninguna acción está afuera de la mesa y estamos explorando todas las posibilidades para asegurarnos que esta iniciativa sea frenada“, tuiteó.
Tras estas declaraciones del gobierno conservador, los 6 clubes ingleses han dejado entrever que podrían retirarse del proyecto, lo que indudablemente llevará a su cancelación.
El comunicado de los 12 clubes involucrados indica que el primer torneo será lanzado lo más pronto posible y se esperá que se juegue entre agosto y mayo, por lo que habrá que ver si los gobiernos y las instituciones deportivas logran frenar esta novedosa pero peligrosa Superliga.
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