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Coronavirus

Un nuevo test podría ser la clave para que la gente regrese a su vida laboral en medio de la pandemia del COVID-19

Científicos en EEUU están desarrollando un test que permitiría identificar a quienes ya tuvieron el coronavirus y se curaron, en su mayoría asintomáticos, y por lo tanto pueden volver a su vida normal y a trabajar, ya que no existe riesgo de que se vuelvan a infectar.

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Debido al estallido y a la gran magnitud de infectados por parte del COVID-19 a lo largo del mundo, las principales economías colapsaron bajo una misma premisa; no hay actividad productiva. Las cuarentenas pusieron un parate en la economía global y nadie produce, nadie consume, y si esta pandemia se extiende más, nadie más pagará impuestos, desbarrancando inclusive a los Estados más voluptuosos.

Es por esto que uno de los principales desafíos que están enfrentando los científicos es cómo lograr que la gente vuelva a trabajar sin arriesgar su vida. La vacuna podrá tardar casi un año más y a los tratamientos anti-virales les falta mucha más experimentación. La solución, sin embargo, puede llegar a venir no por el lado de la fabricación química de algún compuesto, sino que del mismo cuerpo humano.

Científicos en Estados Unidos están avanzando en una técnica médica en la cual se busca identificar efectivamente a aquellos pacientes que estén curados del coronavirus, y por lo tanto no pueden volver a infectarse. Esto, en primera instancia, puede parecer muy fuerte; después de padecer por semanas el COVID-19, una vez que se recuperan, ¿deben ser ellos los que vuelven a trabajar?

Pero la realidad es que se estima que entre el 60 y el 86% de los infectados por coronavirus no muestran síntomas. Esto quiere decir que el número de más de 500.000 infectados en todo el mundo que se divulga indica en su gran mayoría los casos sintomáticos que requieren hospitalización o al menos una consulta con el médico y con un testeo a posteriori.

La técnica que se está desarrollando es una prueba medica muy simple y que podría llegar a tomar tan solo unos minutos. Se usa el mismo
concepto que cuando se evalúa una muestra de sangre para detectar su tipo. En este caso particular, se retiraría sangre
de una persona para, posteriormente, colocarla en una placa en forma de gotas, y luego se le añade un
reactivo.

Si el paciente en algún momento tuvo el virus en su cuerpo, haya presentado síntomas o no, este reactivo mostrará que la sangre evaluada contiene un tipo particular de anticuerpos; más específicamente, un tipo de inmunoglobulina, llamada IgG. Estos anticuerpos, al entrar en contacto con el reactivo se agruparán y, a simple vista, podremos observar que la sangre se coagula en algunas zonas de la muestra, en un proceso llamado aglutinación.

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Este test es muy simple y barato, requiere solamente de una muestra de sangre, un kit, un reactivo, y un par de ojos para indicar si el paciente ha desarrollado naturalmente los anticuerpos y ya no corre ningún tipo de riesgo para volver a su vida normal, inclusive a trabajar. De hecho, también se está investigando en utilizar como reactivo una versión alterada de la cápsula en forma de coronavirus, básicamente
para su facilidad de uso en laboratorio y minimizar el tiempo de espera y el costo de evaluación..

Podes seguir el avance del virus chino minuto a minuto desde
aquí

Si el 60% de los casos totales son asintomáticos, al día de la fecha con aproximadamente 533.000 casos en todo el mundo, estaríamos hablando de casi 800.000 casos más en todo el mundo de pacientes que tuvieron el virus en sus cuerpos pero no presentaron síntomas y se curaron solos por la propia acción de sus anticuerpos naturales.

Si esta investigación rinde sus frutos y un test así puede ser desarrollado, los gobiernos podrían comenzar campañas de testeos masivos en toda su población joven y saludable, y quienes resulten positivos, o sea que tuvieron el coronavirus en su cuerpo sin siquiera haberse dado cuenta y ya desarrollaron las defensas naturales para enfrentarlo, podrán volver a trabajar y resumir sus vidas normales, de esta forma volviendo a activar la actividad económica y salvar al país de lo que parece será una de las crisis más graves de nuestra historia.

Tanto el presidente norteamericano, Donald Trump, como su contraparte brasileño, Jair Bolsonaro, han advertido en repetidas ocasiones que si la actividad económica no se resume en la brevedad, la pobreza generada por la crisis económica matará más vidas que las que está matando el coronavirus.

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Coronavirus

Entre más capitalista un país, más preparado para la pandemia está

A nivel mundial, los países más capitalistas son los que mejor han enfrentado los desafíos del coronavirus, con efectivos tests a la población y un exitoso distanciamiento social. Mientras que los países socialistas ni se esfuerzan en conocer los verdaderos números.

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Nota de Emilio Yitzhak, editor de la sección “Latinoamérica”

Resulta bastante paradójico ver que quienes ayer cantaban “el Estado opresor es un macho violador”, hoy comunican a través de su iPhone en Twitter que “te cuida el Estado, no el mercado”.

La pandemia se trata de una situación que amenaza la seguridad de los ciudadanos, y exactamente para eso tenemos al Estado. Sin embargo, si se analiza a fondo, el Estado necesita de un mercado para afrontar este tipo de emergencias, y en múltiples casos, este último ha superado a los gobiernos en cuanto a su reacción ante la crisis.

¿Cuáles son los países que mejor han afrontado esta emergencia? Aquellos que tienen los mercados más libres. Es por lógica: un mercado rico genera más capital para el gobierno, así como recursos clave en manos de la población para enfrentarse a este tipo de emergencias (laboratorios y hospitales privados, equipo médico, químicos sanitizantes, entre otros). En un libre mercado, en donde el estándar económico de la población sube, los ciudadanos tienen más facilidad para resguardarse en casa sin morir de hambre. 

Muchos pueden trabajar en línea por medio de plataformas facilitadas por instituciones privadas. En cambio, en Estados intervencionistas, hoy vemos que la gran mayoría de las personas requieren de seguir exponiéndose en las calles y, desgraciadamente, eligen entre morir por el virus chino o morir de hambre.

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Inclusive, hemos visto instituciones privadas brindando a los gobiernos y a los ciudadanos recursos para afrontar la crisis: Lamborghini ahora utiliza su línea de producción para fabricar cubrebocas, Mercedes-Benz readaptó sus fábricas para producir respiradores, Grupo Modelo dona gel antibacterial producido en sus plantas cerveceras, Medtronic liberó su patente de respiradores para que se puedan producir en todo el mundo, laboratorios y universidades privadas que se suman a la búsqueda de una vacuna, entre miles de otras empresas que se suman al combate contra el COVID-19.

Otro punto importante que debemos considerar es que el culpable de esta pandemia no fue un país capitalista ni democrático, sino la dictadura dirigida por el Partido Comunista Chino

Hoy en día sabemos que este régimen persiguió y silenció a los médicos y periodistas independientes que intentaron alarmar al resto del mundo sobre el peligro de este virus. Según un análisis de la Universidad de Southampton, el número de casos de COVID-19 se pudo haber reducido en un 86% si las primeras medidas que se tomaron el 20 de enero se hubiesen implementado dos semanas antes

Desgraciadamente, el estatismo chino, en conjunto con la institución burocrática de la Organización Mundial de la Salud, manipuló información e impidió que el mundo pudiese reaccionar a tiempo.

La realidad siempre rebasa a la ideología y, día a día, se comprueba: el capitalismo no sólo es el mejor sistema para combatir a la pobreza, lo es también el mejor para enfrentar todo tipo de crisis; por otra parte, el socialismo, no sólo es incapaz de enfrentar las crisis, este mismo las crea.

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Coronavirus

Se analiza el uso de un antiguo antiparasitario como nuevo tratamiento contra el COVID-19

La Ivermectina es un antiparasitario antiguo que se emplea actualmente en el rubro veterinario, pero ha dado resultados prometedores en terapia in vitro de estudios realizados en busca de tratamientos del coronavirus de la Universidad de Melbourne.

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El journal médico
de Elsevier informó hace unos días en una publicación que la FDA estadounidense aprobó el uso medico de la ivermectina como un inhibidor de la replicación del SARS-CoV-2, a nivel
experimental, es decir in vitro. 

Este, al parecer, sería capaz de reducir la carga
viral en unos 5000 viriones aproximadamente, en cuestión de 48 horas
. Hasta la fecha, indica ser un buen tratamiento contra la enfermedad.

Sin embargo, el ensayo en humanos aún no se ha dado, por ende,
no se considera que su empleo sea seguro en las dosis necesarias para generar el efecto inhibidor que se busca. Actualmente, la ivermectina se emplea como un
antiparasitario veterinario
, por su bajo costo y efecto de amplio espectro, que
lo vuelve un medicamento básico en la rama de salud animal.

No obstante, este antiparasitario en otras oportunidades ha
demostrado ser efectivo contra ciertos virus que afectan a los seres humanos
,
tales como el virus de la influenza A, el virus de la encefalitis equina
venezolana, el virus del dengue y el virus del VIH-1. Por ende, esta capacidad
antiviral no sería del todo imposible y, tal como salieron los resultados in
vitro, se espera que funcione en las pruebas en humanos que ya se comenzaron a realizar.

En Brasil, el uso de la ivermectina en humanos es muy común y se espera que sea uno de los primeros países en presentar pruebas fehacientes de que es efectivo en la lucha contra el coronavirus.

Así lo informaba el Correio Braziliense a partir de las investigaciones de la Universidad de Melbourne.

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Sin duda, cada día se avanza más en la búsqueda
de algún tratamiento definitivo que permita alivianar las muertes por COVID-19 hasta que se consiga una vacuna.

Podés seguir el avance del virus de Wuhan en todo el mundo, minuto a minuto, desde aquí:

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Coronavirus

China, Reino Unido y EE.UU.: la carrera por la vacuna contra el coronavirus

Si bien a lo largo del mundo hay más de 200 equipos que de forma independiente están produciendo una vacuna contra el coronavirus, hay tres que parecen ser las más prometedoras. Así está el panorama de la vacuna más esperada del siglo XXI.

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Hace unos días se dio la noticia más esperada del año: los esfuerzos por desarrollar una vacuna contra el coronavirus están muy avanzados y algunos laboratorios superaron con éxito varios exámenes en humanos.

La noticia se dio por la vacuna que está siendo desarrollada por una investigación de Oxford, ampliamente respaldada por un paper publicado en la revista The Lancet, dio los primeros resultados exitosos en una muestra de 1.077 personas.

Siendo esta sin dudas la más avanzada, no es la única. Así está la situación de las vacunas a nivel mundial, resaltando a las 3 más importantes hasta la fecha.


CanSino Biologics (China)

Una de las primeras farmacéuticas en publicar avances sobre la vacuna contra el SARS-CoV-2 fue CanSino Biologics, una empresa privada China pero que trabaja para el Gobierno. 

CanSino asegura contar con las investigaciones más avanzadas en el desarrollo de la vacuna, no obstante, usa como base del proyecto un virus totalmente distinto al coronavirus, incluso de otra familia: el adenovirus.

Esta vacuna serviría solamente para atacar al nuevo coronavirus en algunos casos, pero a pesar de ello, ya está en fase de ensayos en humanos y, por orden del Gobierno, está empezando a adaptarse para la producción al mismo tiempo. 

Sin embargo, tal vez desconfiando de su verdadera eficacia, el Partido Comunista chino bloqueó a la empresa de probar la vacuna en la población civil, por lo que hasta ahora solo ha sido probada en soldados del Ejército chino y en voluntarios en Brasil, donde CanSino tiene otra sede de operaciones.

Autoridades de salud de países occidentales han desestimado esta vacuna y han recomendado esperar a comercializar una desarrollada por otro laboratorio.

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Oxford (Reino Unido)

La vacuna está siendo desarrollada por el Laboratorio Avanzado de la Universidad de Oxford, en el Reino Unido. Esta vacuna es la más avanzada en el mundo occidental y se encuentra actualmente en la ultima fase de desarrollo.

En los últimos días se ha comprobado que estimula la producción de células T (células encargadas de poner en funcionamiento el sistema inmune) y anticuerpos específicos para las proteínas presentadas por el virus chino. 

La producción de esta vacuna se realizó modificando genéticamente un virus similar al SARS-CoV-2 y haciéndolo mucho más parecido al coronavirus, pero sin la parte letal del mismo. Este es introducido en las personas de manera inocua y el cuerpo desarrolla los anticuerpos necesarios para que el sistema inmune pueda vencer fácil y rápidamente cualquier futura infección del virus.

Asimismo, hasta ahora no presentó efectos secundarios severos; algunos pacientes presentaron dolor de cabeza cuando recibieron una dosis elevada de la vacuna. Hasta ahora, es la más prometedora.

Imágenes del Laboratorio de Oxford.

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Moderna (EE.UU)

Por último, se tiene la vacuna de la empresa biotecnológica Moderna, oriunda de Estados Unidos y ubicada en Massachussets.

Esta vacuna fue la primera en entrar en la etapa de ensayos en humanos. Sin embargo, se descubrió que había problemas con la intensidad calibrada en las aplicaciones. Aquellos pacientes que recibían una dosis baja de la vacuna ya presentaban un conteo de anticuerpos similar al de aquellos pacientes infectados con el virus, mientras que aquellos que recibían una dosis media (normal) de la vacuna, presentaban una cantidad mucho más elevada de anticuerpos y hubo pacientes con fatiga, escalofríos, dolores fuertes de cabeza y mialgia.

Esto, de todos modos, es muy prometedor, ya que si se pudiera calibrar bien la dosis sería rápidamente la primer vacuna que podría lanzarse al mercado.

Moderna es una de las pocas compañías del mundo que desarrollan vacunas de una manera muy peculiar. En vez de meter en la vacuna una versión “débil” del virus a inmunizar, se inyecta un lípido sintético mensajero de RNA (mRNA) que le indica al cuerpo que tiene que producir la proteína exacta para desarrollar los anticuerpos que maten al virus. 

De esta manera, el cuerpo humano nunca entra en contacto con el virus durante el proceso de vacunación, y en términos de costos y escala de producción, este método es imbatible.

De todos modos, la FDA (agencia de regulación de alimentos y medicamentos) no se ha mostrado muy favorable a certificar este tipo de vacunas y todo indica que si otro competidor estadounidense con el método clásico llega al mismo tiempo a la etapa de producción, la agencia optará por ellos.

Por último, la empresa neoyorquina Pfizer y la neojerseyés Merck, con el método clásico, le están pisando los talones a Moderna y están probando la vacuna en más de 30 mil voluntarios en todo el mundo, como Bolivia, Argentina, Brasil, Francia, Canadá y Estados Unidos.

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