Durante el día de ayer una noticia revolucionó las redes sociales. En Puerto Madryn aprobaron un impuesto al viento.
Desde enero el intendente Gustavo Sastre había propuesto crear un impuesto para recaudar a partir del boom de la energía eólica y, según lo aprobado por los concejales esta semana, las empresas que tienen molinos de viento en la zona deberán pagar una tasa municipal sólo por el mero hecho de que las aspas se muevan y produzcan energía.
La medida desató la alarma en el mundo de la energía renovable. No es para menos, el monto que se deberá pagar es de alrededor del 4,5% de la facturación.
Es alarmante que un gobierno que se adjudica las causas ecologistas y la lucha contra el cambio climático, implemente estas medidas que lo único que hacen es sacarle rentabilidad a las energías renovables y desincentivan su uso.
La legislatura provincial aprobó duplicar la extensión del ejido municipal (que hoy tiene 33.000 hectáreas, contra 20.000 de la Ciudad de Buenos Aires) y los emprendimientos quedaron dentro del territorio sometido a jurisdicción municipal. De esta manera, los dos principales, uno de Aluar y el más grande, de Genneia, una empresa del grupo Macro, empezaron a ser objeto de impuesto.
A comienzos de la cuarentena, se sancionó la ordenanza n°11.349, donde el Concejo resolvió aplicar una “tasa por habilitación, inspección, seguridad e higiene y control ambiental” por los metros cuadrados de uso, con un tributo que se le suele aplicar a toda empresa. Todo orquestado, cabe destacar, por el intendente peronista de Puerto Madryn, Gustavo Sastre, que desde el triunfo del Frente de Todos ha trabajado codo a codo con el kirchnerismo tanto de manera local como nacional.
Esta medida, de todos modos, fue calificada como poco recaudatoria y el Concejo Deliberante finalmente aprobó la reforma de Sastre, en la que se ata el impuesto a la producción: los parques eólicos deberán abonar en función de lo que producen; es decir, un clarísimo “impuesto al viento”.
Cabe destacar que en la ciudad patagónica está ubicado el Parque Eólico Chubut Norte I, considerado el más grande del país y con una capacidad para proveer de energía limpia a 330 mil hogares, por lo que el Gobierno municipal espera aumentar considerablemente la recaudación con esta medida.
En la actualidad, los molinos están produciendo alrededor de 1.400 kW mensuales. Las autoridades locales apuntan a que lo que se cobra por la tasa actualmente representa unos 84 kW. Es decir, si una empresa abonaba anualmente $800.000 en tasas municipales, ahora abonarán unos $10 millones, confirmaron desde la intendencia de Puerto Madryn; lo cual implica un aumento del 1.150% en lo cobrado por el impuesto local.

El intendente peronista de Puerto Madryn, Gustavo Sastre.
Desde diversos sectores repudiaron enfáticamente este ridículo impuesto.
“Esta nueva modalidad dictaminada es mucho más preocupante y gravosa que el formato de tasa incorporado a principios de este año, el cual no corresponde para este tipo de proyectos“, explicaron fuentes de Aluar, una de las empresas que tiene un parque eólico que entrega energía al sistema interconectado, a La Nación.
“El departamento de Legales está estudiando los pasos a seguir en base a esta nueva normativa“, confirmaron en Aluar. El principal argumento de las empresas es que la energía limpia, según el artículo 17 de la ley 27.191, eximió a “el acceso y la utilización de las fuentes renovables de energía” de “cualquier clase de tributo específico, canon o regalía“.
Desde Cader solicitaron meses atrás “enfáticamente al municipio de Puerto Madryn y la Provincia de Chubut desistan de este avance sobre la generación eléctrica a partir de fuentes renovables” y acusó a la medida de “ilegal”.
“La ilegalidad manifiesta de la iniciativa de Puerto Madryn radica en que se traduce en una enorme carga para los proyectos renovables, obstruyendo gravemente la continuidad de los proyectos construidos, en construcción y en desarrollo, vía por la cual se comprueba su arbitrariedad y se demuestra el desconocimiento de derechos constitucionales; poniendo así en riesgo el normal desenvolvimiento de la actividad de nuestros asociados, de cientos de puestos de trabajo y el afianzamiento de proveedores locales“, apuntaba el comunicado.
Esta parece ser la triste realidad de la Argentina, cada vez mas inviable, plagada de impuestos ridículos que asfixian a cualquier habitante de este país. Recordemos que Argentina encabeza los rankings mundiales de los países con mayor presión impositiva, con mas de 163 impuestos.
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