El diputado kirchnerista Leonardo Grosso presentó un ridículo proyecto en el Congreso que busca convertir a la Naturaleza en sujeto de derecho, asociando la misma al concepto cultural de Pachamama.
Explícitamente, Grosso en su proyecto habla de la “Naturaleza o Pachamama” igualando ambos términos, lo que conlleva un problema pues, el primero es de carácter científico ligado al universo material, es decir, a los fenómenos del mundo físico y el segundo concepto es propio de las sociedades incas y aimaras para uso de carácter estrictamente cultural.
Se cree que la palabra Pachamama es de origen quechua y se la asocia a la idea de “Madre Tierra”, pero en todo momento tiene carácter de deidad antes que ser un término analítico para la ciencia en general. Sin ánimo alguno de inmiscuirnos en los asuntos culturales de cada sociedad en el país, es inadmisible asociar un concepto cultural con uno científico, en el Congreso de la Nación Argentina.
El principio rector del proyecto es que se provea de una autoridad para proteger el derecho al ciclo de la vida. En sus propias palabras, se trata del “ejercicio de Derechos de la Naturaleza”.
A su vez, se basa sus antecedentes legales en los artículos 41, 43 y 75 inc. 17 de la Constitución Nacional referidos a derechos ambientales sanos, de amparo y de reconocimiento a la preexistencia étnica y cultural de los pueblos indígenas argentinos. Queda preguntarse quién oficiaría de representación legal de la Naturaleza y cómo la misma sería capaz de tomar decisiones para reclamar por sus intereses y beneficios.
Es notable la utilización del concepto “derecho al ciclo de la vida”, un vago fundamento para una ley que parece sacada de un sketch de Les Luthiers, pero que viene de parte de los mismos que no reconocen el derecho a la vida y defienden el aborto irrestricto.
En otros tramos el texto aborda la supuesta problemática vinculado al “modelo extractivo imperante” y “la crisis ecológica global acuciante”. De ahí que concluya que la Naturaleza deba convertirse en sujeto de derecho implicando necesariamente la desmercantilización: “así como el discurso normativo actual prohíbe tratar como mercancía al ser humano, al ser sujeto de derecho la naturaleza debería recibir el mismo trato”.
Pero el discurso no acaba aquí, pues redobla la apuesta instando a que se cuente “con un nuevo campo en la Justicia“, diferente a la cuestión ambiental cuyo objetivo de esta última se centra en resolver conflictos a través de compensaciones económicas: el nuevo ámbito legal sería el de la “Justicia Ecológica”.
Para justificar este punto, Grosso intenta asociar Pachamama con Gaia (originario de la Grecia pre helénica) para vincularlo al pensamiento de los debates entre aymaras, quechuas, mayas, entre otros, sin tomar nota de las diferencias culturales, idiomáticas, geográficas e históricas entre todos estos pueblos de América y Europa.
En línea con esto el proyecto invita a que se aparte del sistema jurídico tradicional: “Lo importante es apartarse del convencionalismo jurídico y plantear con rigor estas nuevas concepciones que hacen a una vida nueva y permiten construir un mundo sano y equilibrado, alejado del afán depredador de quienes solo tienen como objetivo el espíritu de lucro. En consecuencia, de lo que se trata es de expandir y completar el paradigma de los derechos humanos, incluyendo el de los derechos de la naturaleza. Así los Derechos Humanos se complementan con los Derechos de la Naturaleza, y viceversa”.
El proyecto de Grosso, presentado en nombre del Movimiento Evita bonaerense, no es nuevo: el mismo reconoce sus antecedentes en uno similar que presentó el recientemente fallecido embajador ante la UNESCO Fernado “Pino” Solanas (Expediente 2505-S-15) cuando era Senador por la Ciudad de Buenos Aires, y lo que hace es apropiarse del mismo para que sea tratado en Diputados.
Leonardo Grosso, nacido en la localidad de Tres de Febrero, actualmente tiene domicilio en el partido vecino de San Martín y preside el interbloque de Libres del Sur y el Movimiento Evita en la Cámara de Diputados de la Nación, teniendo mandato desde 2019. A su vez, es el Vicepresidente de la Comisión de Derechos Humanos de dicha cámara.

El diputado Leonardo Grosso. Fotografía: Laboulaye al instante.
El proyecto se muestra ambiguo y simplista, lo que puede suponer que, de aprobarse tal cual el texto original, puede presentarse a múltiples interpretaciones peligrosas sin un claro denominador común.
A esta propuesta se le suman medidas polémicas provenientes del oficialismo como el intento de expropiación de Vicentín y el apoyo discursivo al Proyecto Artigas de Grabois en las tomas de tierras de Entre Ríos, Buenos Aires y la Patagonia. Aunque muy distintos, todos apuntan al mismo objetivo, socializar la tierra y terminar con el concepto universal de propiedad privada.
Acá podes leer el proyecto completo:
Por Martín Yapur para La Derecha Diario.
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