La ideología de género sigue avanzando a pasos agigantados en Argentina. Esta vez le tocó al Ejército, ya que tendrá la obligación de incorporar a un 1% de personas identificadas como transgénero, transexuales y travestis a sus filas.
El comunicado fue avisado a los comandantes, directores generales, directores y jefes de elemento, a través del decreto N°721/20 que ordenó el Sector Público Nacional en el artículo 8 de la Ley N°24.156: “los cargos de personal deberán ser ocupados en una proporción no inferior al 1% de la totalidad de los mismos de personas travestis, transexuales y transgénero que reúnan las condiciones de idoneidad”.
Un punto clave de esta ley, que lo hace aún más preocupante, es que no exige que el Ejército salga activamente a buscar transexuales para incorporar a sus filas, pero deberá aceptar obligatoriamente, hasta el 1% del total de tropas, a las personas que se identifiquen de esta manera que se presenten al enlistamiento.
Si bien la ley aclara que se debe cumplir con la condición de idoneidad, es alarmante la presión que se le pone desde el Gobierno a los miembros del Ejército para aceptar a un grupo determinado de personas, y muchos creen que esta institución deberá bajar la vara para poder llegar a ese cupo del 1%.
Actualmente se desconoce la cantidad de personas de este colectivo que pertenecen al Ejército, pero se estima que son contados con los dedos de la mano. Es por esto que, en un acto de total discriminación, la Subsecretaría de Empleo Público le pidió un informe al Ministerio de Defensa para que reporte sobre esta cuestión.
Cada unidad deberá informar “si cuenta con personal transexual, transgénero o travesti trabajando actualmente en el marco de todas las modalidades de contratación vigente“. Este mensaje, en caso de ser afirmativo, deberá contar el porcentaje de los cargos que compone el personal, el nivel educativo alcanzado, las funciones desempeñadas y la antigüedad en la administración pública y en el organismo. Dicha información tiene que presentarse antes de finalizar noviembre.
La reacción en redes a esta ley fue la esperada por un espacio donde todavía no existe la supremacía de la corrección política. Los usuarios se burlaron de la noción de un gobierno que busca ser inclusivo al mismo tiempo que arma listas detalladas de las personas que pertenecen a ciertos grupos.
El verdadero liberalismo progresista, corriente a la que dice pertenecer el presidente Alberto Fernández, trabajaría para eliminar los prejuicios que hoy funcionan supuestamente como barreras de entrada para las personas trans al Ejército, en vez de obligar su contratación por decreto y armar peligrosas listas.
¿Y si las personas trans y travestis no tienen una predisposición general para las duras tareas de las Fuerzas Armadas? Dado que las Fuerzas Armadas Argentinas (Ejército + Armada + Área) cuentan con casi 78 mil efectivos, ¿acaso hay 780 personas trans que quieran enlistarse en el Ejército actualmente?
Como dijo un usuario de Twitter, las FF.AA. ya están en una situación deplorable, con una inversión cada año peor, con mal equipamiento y pocas tareas, pero ahora con perspectiva de género: “Los liceos militares no pueden manipular armas, pero hay cupo trans en el Ejército“.
Por otro parte, según una fuente del Ministerio de Defensa que habló con la prensa, hay dos cuestiones centrales para analizar en esta imposición de género. La primera es que el 90% de los miembros de las Fuerzas está en contra.
“El 90% está en contra, pero van a tener que cumplir el decreto“, y dijo que “el problema es de acuerdo a qué tarea van a realizar. Una cosa es realizar una tarea de oficina y otra dentro de un elemento que está operando en el terreno, como personal de cuadros hacia oficial y suboficial que después va a tener un rango y va a tener gente a cargo. ¿Cómo lo va a tomar la persona que está en un rango inferior?“, indicó.
También explicó que otro problema es que no saben cómo lo van a tomar. “Esto es para que todas las unidades tengan un 1%, pero no se cómo va a ser tomado“, remarcó.
“Puede entrar como personal civil o como personal militar, y en el caso de que entre como personal militar es una persona que va a seguir carrera, que va a ascender en grado y va a tener subalternos. Y ahí es donde no se sabe cómo se va a tomar“, manifestó.
Preocupa el hecho de que, en algunos años, haya militares de grado trans cuyos subordinados tendrán la eterna duda si esta persona entró al Ejército por una ley de Alberto Fernández o por capacidad y merecimiento propio.
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