Alrededor de 400 argentinos que regresaban a Buenos Aires
desde Uruguay, mediante la empresa Buquebus, quedaron en cuarentena al arribar al puerto, luego de que se confirmara que uno de los pasajeros era sospechoso de haber dado
positivo por coronavirus. Por la alerta, todos los viajeros debieron permanecer
alrededor de tres horas a bordo del buque, hasta que las autoridades los trasladaron a diferentes hoteles para cumplir con el aislamiento decretado por el presidente.
El responsable de este hecho angustiante para los pasajeros y la tripulación del buque, es Luca Singerman, de 22 años de edad, jugador de rugby de la URBA e hijo del
economista kirchnerista Pablo Singerman. El joven habría
llegado desde Holanda a Uruguay, estando de visita en países considerados “de riesgo”.

Terminal central de Buquebus en Puerto Madero, al momento del operativo sanitario.
Se supó que estuvo en la guardia del Hospital de Clínicas de Montevideo por
presentar síntomas coincidentes con COVID-19, pero “al momento de pedirle que
aguarde en el pasillo del sector para los resultados, se escapó”
El buque “San Patricio” zarpó a las 18:30 de Colonia y arribó dos horas después a
Buenos Aires. Al llegar, la tripulación del ferry informó la situación por
altoparlantes al resto de los pasajeros, comunicando que no podrían desembarcar hasta
que llegaran autoridades sanitarias porteñas para organizar un operativo de
cuarentena.
Su padre, Pablo Singerman, es el director del Departamento de Ciencias Sociales del CBC de la UBA, dueño del estudio Singerman & Makon, y es un economista que defendió vigorosamente al Frente de Todos en las pasadas elecciones.

Previo al desembarco, los pasajeros fueron separados en
grupos de 20 personas, y trasladados a diferentes hoteles de la ciudad de Buenos Aires. Los hoteles en cuestión son: Presidente, Panamericano, Escorial y el Naval. Hubo pasajeros que se mostraron en contra de realizar la cuarentena y ofrecieron cierta resistencia al operativo.
Fernán
Quiros, el ministro de Salud de la Ciudad de Buenos Aires, detalló que los 400 pasajeros deberán cumplir un período de aislamiento
de 14 días. La medida aplica también a los integrantes de la tripulación.
Por este acto, según fuentes judiciales, la fiscal Alejandra Mángano podría imputar al joven
de 21 años responsable de que todos los pasajeros del ferry terminaran en cuarentena por el
más grave de los delitos previstos en el Código Penal contra la salud pública,
que prevé hasta 15 años de prisión.
En cuanto a la empresa “Buquebus”, informó que el vehículo que había tomado este joven ya fue desinfectado con “amonio cuaternario de quinta generación”, un producto de
limpieza de alta calidad aplicable para eliminar el virus chino.
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