El gobierno de Zimbabwe, en manos del presidente Emmerson Mnangagwa desde 2018, está llevando a cabo una serie de reformas con el objetivos de terminar con el fallido sistema político y económico del ex-dictador Robert Mugabe y volver a afianzar relaciones con Occidente.
El año pasado, Mnangagwa dijo estar aplicando reformas económicas y sociales para poder volver a formar parte de la Commonwealth británica, y luego de un fallido mega-plan para palear la hiper-inflación causada por la salida de la dolarización, ahora confirmó que se dará una compensación de 3,5 millones de dólares a los terratenientes blancos por las expropiaciones de sus tierras durante la “campaña descolonizadora” durante la dictadura de Mugabe.
Esta decisión, muy positiva en el ámbito de sanear la división social, ha generado una gran problemática para el gobierno, ya que no poseen fondos suficientes para llegar a la cantidad establecida en el anuncio, por lo que para cumplir con la promesa emitirán bonos a largo plazo, llegarán a acuerdos con agentes internacionales para la recaudación de fondos y aceptarán donaciones al proyecto.
Durante la larga e interminable gestión del anterior dictador nacionalista de izquierda Robert Mugabe, que estuvo más de treinta años al frente del país (1980-2017), se registraron más de 4.500 expropiaciones a “blancos” poseedores de granjas con el objetivo de una “repoblación negra” con el propósito de “descolonizar” la nación.
Luego de esta campaña denominada por el anterior gobierno como “pan-africana” y “multicultural”, Zimbabue se separó de Occidente y atravesó sus peores períodos económicos que persisten hasta la actualidad con hambrunas y pobreza extrema.
El monto establecido para la retribución aún no esta completamente definido ya que dependerá del granjero y el gobierno dará prioridad a las personas mayores y dueños directos, mientras que los descendientes tendrán que esperar. El proyecto tardará aproximadamente cinco años en completarse y fue firmado por el ministro de Economía y el de Agricultura.
“Como zimbabuenses, hemos optado por resolver esta cuestión pendiente desde hace mucho tiempo” declaró Andrew Pascoe, jefe de la Unión de Agricultores de Zimbabue.

Grupo de sindicalistas agricultores en apoyo a la candidatura del actual presidente en 2017.
Los granjeros blancos, descendientes de quienes colonizaron y gobernaron el país durante el siglo pasado, son la columna vertebral de la economía zimbabuense, y la única razón por la que el país no cayó en la hambruna total durante la hiperinflación del 2000.
Mugabe, desesperado por su total fracaso en materia económica, optó por dolarizar la economía en 2009, cuando la inflación anual era de 11.000.000%, pero siguió estatizando tierras, expropiando la producción y persiguiendo a la población blanca.
Cuando Mnangagwa, vice-presidente de Mugabe, decidió realizar un golpe de Estado contra el presidente, toda la comunidad blanca en el país salió en su apoyo, ya que él siempre tuvo una postura menos racista para con los rodesianos.
El acuerdo llevado a cabo por Mnangagwa aclara que los perjudicados por las expropiaciones van a ser recompensados en base a la infraestructura de sus granjas y no por el valor de sus tierras, esto se debe a lo establecido en la Constitución del país del sur de África.
“La reforma agraria no puede revertirse, pero pagar una indemnización es clave para reparar nuestros lazos con el mundo” afirma el presidente del país.
El anterior programa todavía provoca una fuerte colisión dentro del país entre los partidarios de la dictadura que argumentan que fue un proceso de “liberación nacional” y les permitió ser independientes y los partidarios del oficialismo que reclaman que el gobierno anterior solo dejó división social, autoritarismo y crisis.
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