El conflicto entre la República Árabe Saharaui Democrática (RASD) y el Reino de Marruecos por el control del Sáhara Occidental se intensifica al tal punto que el Gobierno español ya reconoció la existencia de “escaramuzas” entre el Frente Polisario y el Ejército marroquí.
La Ministra de Asuntos Exteriores de España, Arancha González Laya, afirmó que su administración defiende nombrar un nuevo Representante Especial para negociar la paz dentro de la ONU. Así, el Gobierno español se posiciona de forma neutral, al contrario de lo que esperaban los socialistas del Frente Polisario, que esperaban que el presidente de izquierda Pedro Sánchez los apoye.
Recientemente, los saharauis dejaron de ocultar sus intenciones para con el gobierno español y publicaron un comunicado donde piden formalmente la intervención militar de España para “cesar inmediatamente la violencia marroquí y garantizar la protección de la población saharaui”.
Para esto, recurren al país europeo, al que consideran “responsable histórico del Sáhara”, por su previo estatus como colonia española.
A pesar de las denuncias de los saharauis sobre violaciones de los derechos humanos en la zona por manos del gobierno marroquí, lo que es evidente es que Marruecos ha recrudecido su represión contra activistas pro-saharauis e incluso han comenzado a vigilar constantemente sus hogares, aparte de haber detenido a varios militantes de la causa del Frente Polisario.
También, según el diario El Confidencial, se ha podido ver un considerable aumento de intentos mediáticos de Marruecos para influenciar al gobierno y a la sociedad española para que reconozcan su soberanía sobre el Sáhara, recordando que esta fue reconocida por el gobierno estadounidense de Donald Trump y que todavía Biden no ha revocado esta decisión.
Históricamente se vio a España como el árbitro en el Sáhara Occidental, ya que ejerció soberanía sobre ese territorio por casi 100 años. Sin embargo, la débil figura presidencial de Pedro Sánchez ha abierto la puerta a que tanto el Frente Polisario como Marruecos intenten hacerse del control de la región de una vez por todas.
Sin un liderazgo claro, el Sáhara Occidental caerá en un nuevo conflicto armado y probablemente una guerra a toda escala. Si bien los polisarios no tienen la capacidad militar para aguantar un conflicto armado con el Ejército marroquí, Argelia no dudará en defender a los saharauis con su Ejército de ser necesario, pudiendo resultar en una sanguinaria guerra en el norte de África.
Para evitar esto, tanto el Frente como el gobierno marroquí están tratando de manipular la opinión pública en España, para que Sánchez tenga que elegir por un bando o el otro, terminando virtualmente el conflicto.

Una de las notas, en este caso de El Mundo, señaladas por el diario El Confidencial que probarían la utilización de medios españoles por parte de Marruecos para influir en la opinión pública española.
Por su parte, Biden ha expresado la intención de involucrarse en el conflicto. Trump había reconocido la soberanía de Marruecos sobre el territorio buscando ponerle fin de cuajo a cualquier enfrentamiento.
Sin embargo, la indecisión de Biden le ha devuelto a la región el grado de incertidumbre necesario para que se reanuden los conflictos armados entre las partes.
El nuevo Presidente podría sentirse respaldado por una reciente carta que recibió de parte de 30 senadores estadounidenses, principalmente demócratas pero también algunos republicanos, que le piden que de marcha atrás con la medida de Trump, calificándola de “abrupta” y afirmando que las pretensiones marroquíes son “ilegítimas”, puesto que manifiestan que solo es posible una salida justa con un referéndum.

Primera parte de la carta.
Por su parte, lejos de Estados Unidos, África o España, en Venezuela ha comenzado una nueva disputa entre el dictador comunista Nicolás Maduro que respalda al Frente Polisario y la RASD, frente a Juan Guaidó, quien recientemente manifestó su apoyo a Marruecos y reconoce su soberanía sobre el Sáhara Occidental.
Los polisarios han sido un importante aliado de Maduro a nivel internacional, y junto a Cuba, Irán y Sudán.
Guaidó, quien agradeció haber sido respaldado por la monarquía marroquí, fue enfrentado por el gobierno venezolano y el canciller Jorge Arreaza, quien le dijo que su reconocimiento a la soberanía marroquí es “inútil y ficticio”.
Usted debe estar conectado para publicar un comentario Inicio de sesión